Guadalajara, Jalisco 

El megacorte de agua anunciado por el SIAPA para el próximo 3 de enero en 892 colonias del Área Metropolitana de Guadalajara tendrá un impacto mayor al que sugiere el comunicado oficial, al contrastar las cifras del organismo con los datos poblacionales del Censo 2020 del Inegi.

De acuerdo con la información difundida este lunes por el organismo operador, las afectaciones se concentrarán en colonias de Guadalajara, Zapopan, Tlaquepaque y Tonalá.

Sin embargo, los datos oficiales del propio organismo permiten dimensionar el alcance real del corte: más de la mitad de la población de estos municipios enfrentará problemas en el suministro de agua.

En Guadalajara, el SIAPA reconoce afectaciones en 205 colonias, donde habitan 975 mil 418 personas, lo que representa el 70.4 por ciento de la población total del municipio, estimada en 1.3 millones de habitantes, según el Inegi.

En Zapopan, el impacto es menor en términos porcentuales, pero no marginal: 65 colonias con problemas de abasto afectan a 150 mil 450 personas: el 10 por ciento de su población total.

El escenario se agrava en Tlaquepaque, donde 247 colonias presentan afectaciones que alcanzan a 593 mil 794 habitantes; es decir, el 86.42 por ciento de la gente que lo habita.

Pero el caso más crítico es, sin duda, Tonalá.

Según las cifras del SIAPA, 375 colonias de esa localidad registrarán afectaciones, lo que impactará a 569 mil 221 personas de un total de 569 mil 913. Esto es: el 99.88 por ciento de su población.

En los hechos, prácticamente todo el municipio enfrentará problemas de suministro durante el megacorte, que se prevé concluya el día 7 de enero.

En conjunto, los cuatro municipios concentran una población de 4 millones 119 mil 160 habitantes, de los cuales 2 millones 288 mil 883 resultarán afectados por el corte anunciado, lo que representa el 55.57 por ciento de la población total considerada. 

• Aunque el SIAPA ha señalado que esto se hará por trabajos de mantenimiento y ajustes operativos, las cifras revelan la magnitud del impacto social que tendrá la suspensión del servicio, y a pocos días de que inicie, persisten dudas sobre la capacidad del organismo para mitigar los efectos en zonas donde el acceso al agua ya es irregular, así como sobre las medidas de atención emergente para la población más expuesta a una interrupción prolongada de un servicio básico.