Guadalajara, Jalisco 

El Homenaje ARPAFIL 2025 reconoció este año a la arquitecta italiana Benedetta Tagliabue, una de las voces más influyentes de la arquitectura europea contemporánea y una de las pocas mujeres —solo tres en tres décadas— que han recibido esta distinción dentro del programa de arquitectura y patrimonio de la FIL Guadalajara.

Nacida en Milán en 1963 y formada en la Escuela de Arquitectura de Venecia, Tagliabue se estableció desde los años noventa en Barcelona, donde fundó junto a Enric Miralles el estudio Miralles Tagliabue EMBT.

Desde ahí desarrolló obras que redefinieron el paisaje urbano y cultural en distintas partes del mundo, como el Parlamento de Escocia, el Mercado de Santa Caterina y el Pabellón de España en la Expo Shanghái 2010.

Durante la ceremonia, la arquitecta compartió un discurso en el que revisó los momentos fundamentales que guiaron su manera de concebir los espacios. Inició recordando su viaje a México y la sorpresa que la recibió en el homenaje.

“Yo he venido aquí desde Barcelona, he hecho este viaje largo ayer y nunca te sabes qué es lo que te esperan, pero realmente las palabras que habéis dicho en este acto tan maravilloso me conmueve, me encanta”.

Dijo antes de mostrar las imágenes que acompañaron su intervención.

El primer proyecto que presentó fue la casa que ella y Miralles rehabilitaron en Barcelona, punto de origen de su lenguaje arquitectónico.

Sobre ese espacio relató:

“Encontramos una casa abandonada, vieja, que nadie pensaba que podría ser habitable… y allá jugamos. Recuperamos cosas y encontramos una manera de hacer que no conocíamos antes. Me doy cuenta ahora, después de muchos años, que esa manera de hacer se ha hecho muy importante para todas las obras que hemos hecho después”.

A partir de esa experiencia doméstica, explicó cómo desarrolló proyectos públicos con la misma sensibilidad. El más emblemático: el Mercado de Santa Caterina.

“Nosotros nos revelamos… imaginando cómo se podía transformar esta ciudad antigua sin destruirla.

El mercado era gris; dentro había productos fantásticos, coloreados, y la idea era dejar a la vista lo que pasaba al interior”.

• Antes de su discurso, la rectora del CUAAD, Isabel López Pérez, y el presidente de la FIL, Trino Padilla, destacaron su trayectoria y su impacto cultural.

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