Guadalajara, Jalisco. 

La mesa "Lo que piensa la Tierra: entre inteligencias ancestrales y no humanas", organizada por la Cátedra Latinoamericana Julio Cortázar, propuso una pausa crítica ante el horizonte de la inteligencia artificial.

El debate, que reunió a Yana Lucila Lema Otavalo, Daniel Ruiz-Serna y Mónica Nepote, confrontó los discursos especulativos occidentales; sobre inteligencia vegetal o fúngica, con los saberes ancestrales de Abya Yala, donde la Tierra se concibe como una entidad pensante, espiritual y territorial, no como un recurso.

La comunicadora quichua Yana Lucila Lema explicó el concepto de Pachamama y la vida basada en el equilibrio de las cuatro Ayya (familias: humanos, naturaleza, deidades y ancestros). En esta cosmología, todo es un ser vivo con su propio lenguaje, y el sustento, la Chakra, requiere una relación ritual cotidiana.

“¿Cómo eh yo vinculo mi trabajo a este tema que nos han planteado de la inteligencia artificial y lo que nosotros llamamos inteligencia vital? Para esto tengo que contarles que nosotros, para los quichuas en todo todo la existencia hay familias, hay diferentes familias.

Nosotros somos eh decimos a la familia Ayllu , en quichua se dice ayyo. Entonces, hay el ayllu de las personas, de los seres humanos, hay el ayllu de la naturaleza, hay el ayllu de los dioses, de las deidades y el ayllu de los antepasados.

Entonces, nuestros abuelos y abuelos dicen que cuando estos ayllus, estas familias viven en armonía, viven en equilibrio, encontramos la vida plena”.

El antropólogo Daniel Ruiz-Serna reforzó esta idea. Sus estudios en zonas de guerra demuestran que la violencia militar afecta a los espíritus de los animales y a los guardianes. Esto prueba que el bosque es un ser sintiente y que el daño que sufre es más amplio que el trauma humano.

“Me di cuenta que había una dimensión del daño que rebasaba lo humano y que el lenguaje que tenemos para aprender ese daño era muy limitado

y que hay una dimensión más allá de la gente, más allá del humano para para entender cómo la violencia en general irrumpe en estos en estos mundos en los que la gente hace sociedad y

vive sociedad con animales, con plantas con espíritus, con ríos que también son gente, con bosques que son sintientes y que son pensantes”.

• La artista transdisciplinaria Mónica Nepote vinculó la tecnología y el territorio.

Detalló cómo su práctica migró de la literatura digital a la defensa activa del territorio, al encontrar un vínculo directo entre la explotación que demanda la tecnología y el lenguaje silente de la montaña.

El encuentro, logró crear una plataforma de cruce de conocimientos que evita la fascinación por lo extranjero y la obsesión por la tecnología, destacando la posibilidad de imaginar futuros basados en la interrelación profunda con todas las formas de vida.