Guadalajara, Jalisco 

Las obras que se realizan en Plaza Liberación han generado una cadena de afectaciones que va más allá del comercio establecido y alcanza a espacios religiosos, turistas y artistas urbanos del Centro Histórico de Guadalajara.

En el templo de San Agustín, la afluencia de feligreses ha disminuido de manera considerable. De acuerdo con Gloria Villamontes, encargada del recinto, la asistencia se redujo hasta en un 80 por ciento, lo que ha derivado en la cancelación de misas, bodas y celebraciones de graduación. 

“Sí han afectado mucho las obras, desde la vista de los siete templos en Semana Santa y también hay comercios que han quebrado. Invitamos a la ciudadanía a que visite el Centro Histórico, aunque está complicado por las obras. Yo creo que han bajado un 80 por ciento; también disminuyeron las misas, las bodas y ha habido cancelaciones”.

Fotografía: Henry Saldaña

Las afectaciones también se reflejan en el turismo. Visitantes señalan que las obras limitan la experiencia en uno de los puntos más emblemáticos de la ciudad, al impedir la toma de fotografías en espacios como el Teatro Degollado o las letras de Guadalajara.

“No nos permite disfrutar o ver lo que hay. Ellos visitan desde fuera del país y no podemos disfrutarlo donde se pueda”.

Otro de los sectores impactados es el de los artistas urbanos, quienes han tenido que modificar su dinámica de trabajo ante la reducción de flujo de personas. Algunos han optado por diversificar sus actividades y sumarse a eventos como el festival Ilusionante para ofrecer fotografías caracterizados como personajes.

“Estas obras son innecesarias… se van a otros lados”.

• Mientras continúan los trabajos en Plaza Liberación, comerciantes, visitantes y trabajadores del espacio público coinciden en que el reto no solo es concluir la obra, sino mitigar los efectos que ya se reflejan en la actividad económica, cultural y social del Centro Histórico.