Guadalajara, Jalisco
Desde el 1 de agosto de 2021, la verificación vehicular es obligatoria en Jalisco; sin embargo, la mala calidad del aire sigue siendo una realidad en la Zona Metropolitana de Guadalajara.

Fotografía: Gobierno de Jalisco.
Para muestra, un botón: según el propio Sistema de Monitoreo Atmosférico de Jalisco, se reportaron 183 episodios de mala calidad del aire en tan sólo ocho meses, que van desde precontingencias ambientales hasta varios días en fase uno de contingencia.
Además, entre el 15 de febrero y el 27 de mayo de este año se registraron 58 alertas y 17 emergencias ambientales, lo que refleja que el problema está lejos de resolverse.
Para el profesor investigador del Instituto de Astronomía y Meteorología de la Universidad de Guadalajara, Hermes Ulises Ramírez Sánchez, lo que hace falta es una política pública ambiental integral, coordinada y efectiva, que no dependa únicamente de la Secretaría de Medio Ambiente:
“No nada más es la parte personal, eso tiene que estar coordinado desde la parte institucional, con políticas públicas ambientales. Desafortunadamente, en este país y en este Estado las políticas públicas ambientales no han funcionado nunca.
Con todo respeto, llevo 30 años trabajando en esto y no he visto una sola política eficiente para disminuir la contaminación en esta ciudad. Es muy triste, porque han pasado infinidad de personas que se dicen expertas en el tema y no han contribuido a que esto mejore”.
¿La red de monitoreo es necesaria entonces? Sí, pero tiene que crecer.
“Cuando se creó la red de monitoreo atmosférico, por los años 90, se establecieron ocho estaciones. Creo que instalaron otras dos y van a instalar otras dos; hay diez, que yo sepa, que funcionan a veces sí y a veces no.
Para una ciudad de cinco millones de personas me parece muy poco, porque la ciudad ha crecido enormemente. Cuando se diseñó esa red, era para una ciudad de un millón y medio de habitantes; hoy somos cinco millones y medio. Al menos deberíamos tener, si no el triple, por lo menos el doble de estaciones: mínimo 20, distribuidas estratégicamente en la ciudad”.
Pero eso no es todo: también es necesario invertir en su mantenimiento.

Foto de SEMADET
“Se debe invertir en el mantenimiento y sostenimiento preventivo de esas estaciones para que nos den información real y útil. Muchas veces no sabemos si la información que se publica es correcta; debería existir un ente externo que audite lo que mide la autoridad y confirme que los datos sean verídicos”.
Si bien la cooperación ciudadana puede contribuir a mejorar el aire que respiramos, la responsabilidad principal recae en las autoridades, que a decir del experto deben poner el tema ambiental en su lista de prioridades y actuar de manera transversal:
“El asunto no es de una sola política pública. Me he cansado de repetir que necesitamos una serie de políticas transversales; no sólo compete a SEMADET, sino también a las secretarías de Salud, Movilidad, Bienestar, Desarrollo Urbano y Rural.”
Porque, al final, el aire no entiende de secretarías ni de competencias: lo respiramos todos. Y mientras el Estado mira hacia otro lado, nosotros seguimos respirando el costo de esa inacción.
- Cuidar el aire no es una tarea lejana ni exclusiva de los gobiernos, sino una decisión diaria: usar menos el auto, no quemar basura, cuidar las áreas verdes. Cada respiro cuenta… porque tarde o temprano, lo que le hacemos al aire nos lo hacemos a nosotros mismos.
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