Guadalajara, Jalisco.
Ser madre en México representa una de las mayores barreras laborales para las mujeres: enfrentan disminución de oportunidades, salarios hasta 40% más bajos y afectaciones a la salud mental, además de mayor estrés y presiones tanto en casa como en el trabajo. Así lo revela una encuesta reciente de la Organización Internacional del Trabajo (OIT).
El deporte no está exento de este bloqueo laboral que enfrentan miles de mujeres que buscan realizarse como madres y profesionistas.
Prueba de ello es que la única federación con un reglamento público sobre maternidad es la FIFA, organismo que concede a las futbolistas 14 semanas de descanso laboral retribuido y hasta ocho semanas adicionales tras el parto.

Foto de João Paulo de Souza Oliveira: https://www.pexels.com/es-es/foto/foto-de-escala-de-grises-de-una-mujer-embarazada-3737150/
En caso de adopción, se otorgan ocho semanas si el niño tiene menos de dos años; cuatro semanas si tiene entre dos y cuatro años, y dos semanas si es mayor de esa edad.
Los equipos que incumplan estas normas pueden ser sancionados tanto deportiva como económicamente.
En México, pocas mujeres del deporte de alto rendimiento deciden ser madres. En la Liga MX Femenil, por ejemplo, solo 10 jugadoras son mamás, entre ellas la jalisciense Ana Gaby Paz, de Monterrey; Mónica Ocampo, de Pachuca; Valeria Miranda, de Cruz Azul, y Stephany Mayor, de Tigres.
En cuanto a las condiciones para ellas, son pocos los equipos que cuentan con áreas de lactancia o espacios de convivencia con hijos durante las concentraciones; entre los que sí lo permiten se encuentran los clubes Tigres y Monterrey.
Por ley, la incapacidad por maternidad en México dura 84 días naturales de descanso, cubriendo tanto el periodo prenatal como el postnatal, aunque la duración puede ajustarse según criterio médico y del patrón.
En el caso del basquetbol profesional, al ser cuestionado sobre permisos por maternidad, el comisionado de la Liga Nacional de Baloncesto Profesional (LNBP), Alonso Izaguirre, reconoció no tener información precisa al respecto:
“Cualquier situación de ese tipo se respeta y se protege a las que son mamás o están embarazadas. Como Liga no estamos ajenos a respetar esos protocolos.
Soy honesto, no tengo los datos, pero lo que sea de ley se respetará. Hasta ahora no se nos ha presentado una situación así, pero en todo momento nos iremos a lo que marca la ley y lo respetaremos”.
A nivel internacional, también hay casos de discriminación. En 2024, la jugadora estadounidense Dearica Hamby demandó a la WNBA y al equipo Las Vegas Aces por presunta discriminación, luego de que no le permitieran concluir su contrato tras quedar embarazada.

Imagen tomada de X: @dearicamarie
En México, la múltiple medallista olímpica Paola Espinosa, considerada una de las mejores clavadistas en la historia del país, relató que su experiencia como madre deportista fue un “calvario”, pues no recibió apoyo de la Federación Mexicana de Natación ni de la Conade:
“Mi experiencia como mamá fue muy mala y muy triste. Después de una trayectoria exitosa y de ser doble medallista olímpica, decidí tener a mi hija. Pero ni la Conade, ni la Federación me apoyaron.
Cuando entrenaba para Tokio 2020, en plena pandemia, les dije que mi situación era distinta porque soy mamá y mi hija dependía totalmente de mí, y la respuesta fue: ‘Es el sacrificio que tienes que hacer si quieres ir a los Juegos Olímpicos’”.

Foto: Conade
Espinosa añadió que en México no existen áreas de lactancia o espacios familiares en instalaciones deportivas, algo que sí ha visto en competencias internacionales:
“En Juegos Olímpicos he visto a mamás que entrenan y compiten con sus hijos cerca. En nuestro país falta empatía; si los doctores deportivos y directivos entendieran que las mujeres también pueden ser más fuertes antes y después de dar a luz, otra historia sería”.
El derecho a la maternidad y a la vida profesional sigue siendo una deuda pendiente en México, incluso en el deporte.
En temas de salud femenina, los reglamentos apenas comienzan a reconocer las necesidades específicas de las mujeres. La FIFA, por ejemplo, permite —con certificado médico— que jugadoras o entrenadoras se ausenten por motivos de salud menstrual sin afectar su salario.
Más allá de los sueldos, las mujeres aún enfrentan una batalla por derechos básicos como la maternidad, la seguridad y la salud dentro del deporte profesional.
¿Y cómo están las cifras respecto a los puestos de primer nivel ocupados por mujeres en instituciones deportivas?
- Quédense para la quinta y última entrega de este trabajo especial.
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