Guadalajara, Jalisco
La contaminación del aire enferma y mata. Es una realidad comprobada por la ciencia desde hace años: provoca infecciones respiratorias, alergias, enfermedades cardiacas e incluso cáncer de pulmón.
De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS), la contaminación atmosférica causa más de 4.2 millones de muertes prematuras en el mundo cada año. Con la llegada del otoño y las bajas temperaturas, las inversiones térmicas agravan el problema, pues las partículas contaminantes permanecen más tiempo cerca del suelo.
Sin embargo, la comunidad científica no se detiene en su búsqueda por entender cómo estas partículas nos enferman. Una reciente investigación publicada en la revista Science analizó la relación entre la contaminación del aire y el riesgo de desarrollar demencias y enfermedades neurodegenerativas, padecimientos que destruyen la memoria y la autonomía de las personas.
Pero, ¿qué es realmente lo que respiramos?
El profesor e investigador del Instituto de Astronomía y Meteorología de la Universidad de Guadalajara, Hermes Ulises Ramírez Sánchez, lo explica:
“En el caso de las grandes ciudades tenemos un gran cóctel de contaminantes. Normalmente nos referimos a seis contaminantes básicos, que son los que miden las estaciones de monitoreo, no sólo en Guadalajara sino en la mayoría de las ciudades de México y del mundo: dióxido de carbono, ozono, partículas en suspensión.
Antes se medía azufre y plomo, aunque hoy ya no tanto. Pero si me preguntas si es lo único que hay en el aire, no. En el aire hay una gran infinidad de contaminantes de muy diversos tipos, aunque estos son los que se han medido de manera tradicional”.

Fotografía: Gaceta UDG
Pero eso no es todo lo que respiramos. Spoiler: hay más.
“Tenemos contaminantes orgánicos, partículas en suspensión de distintos tamaños, y otras cosas que antes no veíamos, como productos hormonales o antibióticos dispersos en el ambiente, además de partículas de origen natural que también pueden tener consecuencias en la salud”.
Algunos investigadores han señalado que si el excremento de los perros fuera fosforescente, no necesitaríamos luz por las noches, para dimensionar la cantidad de partículas suspendidas en el aire.
La investigación reciente de la Universidad Johns Hopkins, publicada en Science, puso especial atención en la relación entre la partícula PM2.5 y la demencia por cuerpos de Lewy (LUGÜI), un trastorno neurodegenerativo caracterizado por la acumulación anormal en el cerebro de la proteína alfa-sinucleína, también presente en la enfermedad de Parkinson.
En estudios realizados por investigadores de la Universidad de Guadalajara, se han identificado daños a la salud, incluso de tipo psiquiátrico, asociados a la contaminación ambiental:
“Los efectos que nos afectan directamente son los de salud en los seres humanos. Van desde cosas simples, como irritación de piel o de ojos, hasta enfermedades respiratorias agudas, cardiovasculares o psiquiátricas que alteran a las personas”.
- Los seis contaminantes básicos que se miden en la Zona Metropolitana de Guadalajara son: bióxido de carbono, monóxido de carbono, óxidos de azufre, óxidos de nitrógeno, partículas menores a 10 micras (PM10), partículas menores a 2.5 micras (PM2.5) y ozono.
Con la llegada del otoño, los días con mayor contaminación comenzarán a presentarse, y con ellos aumentarán las complicaciones por enfermedades respiratorias crónicas.
Pero de eso te hablaré en la siguiente entrega…
- Cuando respirar enferma Parte I: Salud en juego- 28 octubre, 2025
- Sarampión en Jalisco: nueve casos nuevos y casi 700 sospechosos- 27 octubre, 2025
- Alta respuesta en Tlaquepaque durante jornada de vacunación contra sarampión- 27 octubre, 2025
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