Guadalajara, Jalisco. 

Debido a decisiones políticas y empresariales, en Jalisco las transformaciones del mercado se han centrado en la satisfacción turística y las estancias de corto plazo han encarecido la vivienda en Guadalajara, haciendo que para quienes nacieron en esta ciudad sea más caro vivir en la zona céntrica.

Hoy te voy a explicar cómo en ciertos puntos turísticos, los extranjeros han prolongado su estancia hasta el punto de convertirse en residentes permanentes y desplazando paulatinamente a la población local.

Incluso, algunas zonas están habitadas en su mayoría por extranjeros.

A este proceso se le llama gentrificación y es la siguiente encrucijada con la que se topan los jaliscienses cuando se da todo en bandeja de plata a quienes viven del turismo. 

El Departamento de Estado de Estados Unidos estima que en México viven alrededor de un millón 600 mil ciudadanos de ese país. 

• En Jalisco, el Instituto de Planeación y Gestión del Desarrollo del Área Metropolitana de Guadalajara identifica que hay más de 91 mil 900 residentes extranjeros. 

Y aunque entre ellas se cuenta a personas en condición de migración forzosa desde el Sur del continente,

siete de cada 10 extranjeros que viven en Jalisco son estadounidenses.

Y a diferencia de quienes son originarios de América del Sur, la migración de los norteamericanos a México no suele ser forzosa. De hecho, en 2023 la Unidad de Política Migratoria sólo identificó a poco más de mil personas estadounidenses cuyo estatus migratorio era irregular.

Así es: mil de un total de 64 mil. 

Y para muchos de ellos, México significa no sólo un lugar atractivo para visitar, sino para vivir. Por eso el número de residentes extranjeros aumenta en los principales puntos turísticos. 

En la Zona Metropolitana de Guadalajara, el ejemplo más preciso de este fenómeno es la Colonia Americana, que además en 2022 fue considerada como “la más cool” del mundo.

Máximo Ernesto Jaramillo Molina, Coordinador del Observatorio de Desigualdades de la UdeG, expuso que la reconfiguración de la vivienda en la colonia Americana por la llegada de extranjeros está desplazando poco a poco a los habitantes mexicanos del Centro de Guadalajara. 

“La colonia Americana está experimentando lo mismo que ya se está reflejando en la Ciudad de México, en zonas como La Condesa o la Colonia Roma. Lo que termina pasando ahí es que estas presiones de gentrificación,

alza de los precios de la vivienda, están desplazando a las personas que vivían anteriormente ahí”.

Este fenómeno está bien documentado. El Observatorio de Ciudades identificó que, de 2010 a 2020, se construyeron más de 33 mil 600 viviendas en el Área Metropolitana de Guadalajara (AMG), pero de forma paradójica, en varias zonas disminuyó la población. 

Fotografía: Eduardo Fierro 

Incluso, en la capital tapatía, el último censo poblacional del INEGI (2020) reporta una disminución de 264 mil habitantes en 30 años. Esto equivale a prácticamente la población total actual de Puerto Vallarta.

Y a pesar de esta sobreoferta de vivienda, los precios de los inmuebles no disminuyen, sino todo lo contrario. Inmuebles24, un clasificado online de bienes raíces, registró que hasta el primer trimestre de 2023, el metro cuadrado en Guadalajara puede llegar hasta los 49 mil pesos, una cifra imposible de costear para la mayoría.

En contraste, Tlajomulco de Zúñiga registró un aumento de 727 mil 750 habitantes en el mismo periodo, demostrando que la encrucijada entre la turistificación, la especulación de la vivienda y el encarecimiento de los servicios en las zonas céntricas obligan a varios de sus ciudadanos a desplazarse. 

“Lo que termina sucediendo ahí es que, justo los precios son tan altos, que las personas que habitaban esa parte de la ciudad terminan desplazándose a otras zonas. Ahora, el tema de Tlajomulco es muy contrastante: es de los municipios que más ha crecido en el país en los últimos 20 años en términos poblacionales.

Entonces, es una muestra muy clara de que, lo que está pasando en la Zona Metropolitana de Guadalajara es una reconfiguración donde zonas céntricas de la ciudad están perdiendo población,

cosa que también está pasando con el Centro de Zapopan o tal vez también con el de Tlaquepaque, y muchas personas se están desplazando justo a las periferias, de las cuales Tlajomulco ocupa una buena parte de ellas”.

Quizás el caso más emblemático y radical del proceso de gentrificación en Jalisco por parte de los ciudadanos de Estados Unidos es el Pueblo Mágico de Ajijic, en Chapala. 

Allí vive una gran cantidad de extranjeros, quienes lo conocen como “la California Mexicana”, donde incluso hay más servicios ofertados en dólares y el idioma que impera es el inglés.

El turismo en Chapala, especialmente en Ajijic, se pondera como la actividad económica más importante de la zona, pues la mitad de su Producto Interno Bruto depende de las actividades turísticas. 

Por ello, su infraestructura está destinada a cubrir las necesidades y comodidades de los visitantes. 

Y depender del turismo para sostener la economía es lo que facilita los procesos de gentrificación. 

“Un segundo punto, más allá de que (el turismo) no sea extractivista, también tendría que buscarse equilibrios en donde, por un lado, nunca se dependa por arriba de cierto porcentaje en términos de actividades económicas, solamente del turismo.

Tendría que haber un conjunto de actividades distintas que podrían sostener a las comunidades que no sean solamente del turismo”.

Y como ya constatamos, hay municipios donde resultaría casi imposible dejar de centrar sus actividades en el turismo, puesto que algunas de sus economías dependen exclusivamente de él: Puerto Vallarta, Mazamitla y Tapalpa son otros referentes en cuanto a dependencia turística. 

• Así, la gentrificación es ya un problema que tanto la población como las instancias gubernamentales están percibiendo. 

Y en esta encrucijada, ¿México podrá conciliar el turismo, un motor económico para el país, con las necesidades de su población?

Texto: Adán Padilla.