Poncitlán: Esperanza contra el daño renal | Parte V: Centros de salud en el olvido

Desafortunadamente, las comunidades de Agua Caliente y Chalpicote presentan condiciones de pobreza, marginación y exclusión social, a los que se agregan daños a la salud porque están expuestos a pesticidas, químicos y lo peor, sin atención médica.



Guadalajara, Jalisco. 

Desafortunadamente, la comunidad de Aguacaliente y Chalpicote presenta condiciones de pobreza, marginación y exclusión social estructurales que favorecen la aparición de enfermedades y padecimientos adicionales al daño renal

También hay otros problemas derivados de la desnutrición y la malnutrición, además de las condiciones ambientales porque están expuestos a pesticidas y químicos, lo que los lleva a sufrir intoxicaciones comunes. Y lo peor es que, al no contar con atención médica regular en el Centro, Casa o Consultorio de Salud, la vulnerabilidad se incrementa. 

En el recorrido que realizamos en estas dos comunidades encontramos dos centros de atención en salud”. O bueno, así es como los conocen. 

  • La realidad es que se trata de fincas en completo abandono, con los vidrios rotos, interiores llenos de polvo y telarañas. Indignos, pues…

Eso sí, algunos de sus habitantes aseguran que cada ocho días acude un promotor de salud, quien no es médico.

Una de las afectadas, Ofelia, habitante de Chapilcote, explica

“Los doctores casi no vienen, vienen cada ocho días y pues cuando uno se enferma acude aquí al centro de salud. Cuando hay medicina, nos la da, y cuando no, pos la compramos”.

Recientemente, la Secretaría de Salud informó que cuenta con 580 centros de salud para atender a la población y ofrecer de manera gratuita atención de primer y segundo nivel, así como medicamentos;

sin embargo, aquí en Chalpicote y Agua Caliente, en Poncitlán, esa información no les ha llegado.

La medicina preventiva es primordial para mejorar la calidad de vida de la población, y sin duda las regiones más apartadas son todo un reto para el sector salud, reto que, como te he descrito en este trabajo especial, no se alcanzó a cumplir en este sexenio. 

Pero no todo está perdido, hay esperanza. Y la hay porque este esfuerzo por revertir el daño renal en la población infantil y adolescente en conjunto funciona, y además puede ser tomado como ejemplo y replicado en otras zonas que tengan estos índices de enfermedad renal, detalla el investigador de la Universidad de Guadalajara, Felipe Lozano Kasten, quien encabeza este proyecto: 

“Este es un plan piloto que tarda seis años, pero aquí hay evidencia científica de cómo hacer las cosas y cómo disminuir el daño. Eso lo digo yo, pero pregúntale a la mamá de familia, a los profesores que han hecho lo que estoy diciendo, porque no lo hicimos solos”. 

  • Y eso: no hacerlo solos, hoy le permite un futuro a niñas, niños y adolescentes que tenían una expectativa de vida limitada.

La unión de esfuerzos entre el Gobierno y la Academia cambió la vida para cientos de infantes y ha marcado un precedente enorme para la atención renal.


Rocío López Fonseca