Jalisco: Cuna del medicamento pirata | Parte III: Laboratorios entre tierra y cucarachas
Con los medicamentos piratas se desconocen varios factores: las sustancias que contienen, el lugar en que los laboran y si este cumple con las normas de seguridad sanitaria.Foto: David González




Guadalajara, Jalisco.

Durante esta semana te hemos presentado cómo el delito de falsificación de medicinas ha escalado de manera tan alarmante que hasta logró entrar al sistema público de salud, ya que hasta el IMSS recibe y distribuye medicinas falsificadas a los pacientes trasplantados.

A sus derechohabientes. A quienes está obligado a proteger y pone en un riesgo irreversible. 

El Jefe del laboratorio de Tecnología Farmacéutica y académico en el Centro Universitario de Ciencias Exactas e Ingenierías (CUCEI), César Ricardo Cortes Álvarez, explica todas las dudas que generan estos productos piratas, ya que no solamente es con qué se produce, sino cómo se produce, en qué lugar físico, bajo qué medidas y cómo se resguarda: 

“Cuando se consume un medicamento de esta naturaleza, fabricado de manera ilícita con todos los riesgos que implica no tener un laboratorio con todas las características para la fabricación segura, es probable que no tenga la cantidad de fármaco suficiente o tenga otro fármaco diferente.

O no tenga la sustancia que el paciente o el cliente están buscando”.

Son pocos los cateos que ha realizado la Cofepris en el barrio de El Santuario, conocido por su venta indiscriminada de medicamentos de dudosa procedencia.

El último fue en 2017; se encontraron medicinas dentro de bolsas negras y transparentes en las azoteas, bajo los rayos incandescentes del Sol, la lluvia y hasta con ratas o cucarachas, por lo que para nada cumplen con medidas de bioseguridad y los hace altamente peligrosos: 

“Que tenga componentes que puedan ser excipientes, pero no permitidos por la propia autoridad sanitaria, y que esos componentes que ellos le ponen y que no se manifiestan sean incluso tóxicos.

Y que todo esto genera un uso irracional del medicamento adquirido en lugares a veces poco convenientes: en tianguis, en la calle, que están bajo el sol”. 

El pasado 28 de diciembre, al ejecutar una orden de cateo en una finca ubicada en el municipio de Jocotepec, la Fiscalía General de la República encontró un pseudo laboratorio de medicinas falsas en donde fabricaban Tempra, Flanax y Buscapina, entre otros fármacos. 

Era un inmueble a medio construir con paredes de ladrillo sin enjarre, maquinaria completamente insalubre, bidones de plástico y contenedores de cartón no apropiados para su resguardo.

Como te decía en la primera parte, en 2016 la Cofepris emitió sólo siete alertas sanitarias por medicinas pirata, caducas, sin registro, robadas o falsificadas, y para 2021 ya eran 15. Así creció y el año pasado cerró con 51 alertas por medicina pirata.

Pero eso no es todo: en las pocas semanas de este 2024 ya se emitieron siete.  

Ante este panorama nada alentador, lo que nos queda a nosotros como consumidores es cuidarnos de comprar en lugares no establecidos, en cadenas de farmacias grandes, no comprar en la calle ni a través de redes sociales.

  • Pero aun así, la cadena oxidada llegó a las grandes instituciones públicas. Y aunque las autoridades lo saben, se reconocen rebasadas para ponerle un fin a este fenómeno.

 Y de ello te hablo en la próxima entrega.

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Rocío López Fonseca