Familia Oropeza: Corredores de Clase MundialParte I: De los tianguis de Tonalá a la cima del mundo




Guadalajara, Jalisco.

Si un deportista cuenta con apoyo y respaldo familiar, es mucho más probable que alcance el nivel profesional e incluso se posicione como una figura de escala global. Esto de acuerdo con estudios realizados por grupos como MacCarthy, Mills, Butt, Marybnard y Hardwood.

¿Pero qué ocurre cuando la familia no solo apoya, sino que también está involucrada en el deporte? En el caso de la familia originaria de Tonalá: los Oropeza, la respuesta se ha dado por sí sola. Los tres hermanos involucrados en el atletismo han acumulado éxitos y múltiples reconocimientos en esta disciplina.

Sus nombres: Isabel, Israel y, la más pequeña, Fanny.

Gracias a ese apoyo en familia, los tres hermanos han derribado la hegemonía africana en eventos de atletismo y les han arrebatado el título en pruebas de 5, 10 kilómetros, medios maratones y maratones.

Hoy, todos ellos son referentes a nivel global.

Familia Oropeza: Corredores de Clase MundialParte I: De los tianguis de Tonalá a la cima del mundo

Fotografía: Jesús Sánchez

En la última edición del Maratón Internacional de Guadalajara, los Oropeza se convirtieron en la primera familia que, por partida triple, recibió un reconocimiento económico por destacar en el evento.

Isabel fue la segunda jalisciense en ganar la competencia y Fanny llegó tercera en la rama femenil, en tanto que Israel se convirtió en el mejor representante del Estado en la rama varonil, al culminar en séptimo lugar.

Esta historia de éxito tiene un antecedente de trabajo duro. Comenzaron vendiendo productos en los tianguis de la Zona Metropolitana de Guadalajara. Su madre fue la mayor motivación que tuvieron.

Así lo explican Israel e Isabel.

“Mi mamá desde un inicio. La verdad que ella fue la que me decía: ‘tú puedes lograr lo que te propongas si te esfuerzas’, y también mi hermano Isra que fue el que siempre está insistiendo e insistiendo: ‘vamos a entrenar’, porque en un inicio sí me daba la flojera.

A veces sí decía no, como que esto no es para mí”.

 

"Mi madre, desde muy chicos. Nosotros vivimos carencias económicas desde muy chicos. Entonces mi mamá siempre quiso que sobresaliéramos.

A ella le gustaba que saliéramos en eventos, que sobresaliéramos de alguna forma y, bueno, pues no se había logrado hasta que empezamos a correr, empezamos a salir en periódicos, empezó a irnos muy bien y hoy pues la vemos muy orgullosa y feliz de nuestros logros y pues estos logros también son de ella".

 

Cada hermano ha tenido un camino diferente. Israel fue quien abrió las puertas al éxito en el 2012 y poco a poco involucró a sus hermanas en el atletismo. Hoy nos explica de qué manera se enamoró del deporte.

“Yo empecé hace 12 años, al finalizar el año 2012, me gustó el evento del Medio Maratón de Atlas, me inscribí y bueno, pues lo corrí junto a mi hermana Isabel y ese fue el inicio de este lindo deporte, bueno, más que nada, orgullo de la familia que tengo.

Somos seis hermanos y mis padres y ahorita pues ya hay sobrinos también, pues orgullo de la familia que tengo, no sólo en el ámbito deportivo, también en la unión que hay en nosotros.

Entonces el invitarlos y invitarlas a correr para mí fue pues muy muy grande que me que me siguieran y que siguieran de este deporte, que lo practicaran ya sea por salud o como lo vemos nosotros como un trabajo”.

Por su parte, Isabel decidió dedicarse por completo al atletismo en 2014, pero a la que más trabajo le costó mentalizarse a que podría destacar en las carreras fue a la más pequeña: Fanny, quien hasta 2020 decidió prepararse para ser una campeona.

Reconoce que con el apoyo de sus hermanos tomó la confianza que se necesita para destacar en estas desgastantes pruebas.

“A mí me pasaba antes que no confiaba en mí y eso lo tuve que trabajar muchísimo y mis hermanos me han apoyado bastante, y la verdad no terminaba las competencias: me salía. Y pues sí es fundamental creérsela, pues al inicio sufría mucho.

Decía: ¿Qué hago aquí? Porque me convencieron, porque me dejé convencer, pero ya después empezaba a disfrutar un poquito más y sí empecé a ponerme en los entrenamientos a pegar un poquito más a mis hermanos y ya estoy haciendo bien las cosas.

Y al competir en familia, el sueño se transforma. Fanny, por ejemplo, anhela cruzar la meta de la mano de su hermana en un evento de primer nivel.

“No somos competitivas entre nosotras, nos apoyamos. La verdad que en lo que podemos nos vamos animando una a la otra y de hecho en varias competencias más cortas sí hemos llegado de la mano a la meta, que es muy padre.

Pero yo sé que mi hermana me gana y es la mejor y sí es muy bonito acabar un maratón con mi hermana.

-¿Ese sería tu máximo sueño?

- Sí”.

Y aunque se apoyan y dan consejos, los hermanos Oropeza también deben sus logros a su entrenador Omar Alfaro, quien ha sido determinante para colocarlos en la élite. El entrenador nos explica cuál es la magia detrás de Isabel, Israel y Fanny.

“Ellos tienen ya, de nacimiento, su genética, pero hacen una buena combinación con su disciplina, día con día, en la mañana, en la tarde y eso es lo que los ha hecho llegar a donde están ellos ahorita”.

  • Esa disciplina, por ejemplo, ha permitido que sólo en 2024 Isabel haya acumulado triunfos en el maratón de Guadalajara, el medio maratón de Zapopan, el del Atlas, otra competencia en Tlaquepaque y una más en Querétaro y haber cruzado primero la meta en el Maratón de Mérida a principios de este 2025.

En la segunda entrega de este trabajo especial, conoceremos los sacrificios y momentos complicados por los que pasaron los hermanos Oropeza y que incluso los hicieron pensar en alejarse del deporte de alto rendimiento.


Jesús Alejandro Sánchez Navarro