Guadalajara, Jalisco.
Una pareja decide divorciarse, pero al momento de intentar acordar las condiciones de la custodia y alimentos para el hijo de ambos, el papá llega en Uber y trata de llevárselo. La mamá grita que le quieren robar a su hijo, trata de impedirlo y
llega un momento en el que el niño es jaloneado por ambos.
Esta escena ocurrió justo a un lado del Instituto de Justicia Alternativa, donde la ex esposa citó al padre para tratar de llegar a un convenio.
El papá aseguró que no era un robo, porque se trataba de su propio hijo, sólo que el personal de mediación le explicó que sí estaría cometiendo el delito de sustracción de menores.
Total: el señor aceptó entrar a un proceso de mediación y, aunque no llegaron con el mejor de los ánimos a la mesa, al final lo lograron.
Es más: en lo que estaba listo el visto bueno de la Procuraduría de Niñas, Niños y Adolescentes, hasta se fueron a comer los tres. Así lo celebró el director del Instituto de Justicia Alternativa, Guillermo Zepeda Lecuona.
“Se fueron a comer al mercado, yo dije: ‘ah caray, esa familia que’. Hacía dos horas estaba destruida esa familia; la señora confió. Algo pasó en la mediación que cambió la disposición de las partes, tenemos muchos casos de éxito todos los días”.
Si te fijas bien, en un conflicto jurídico la mayor parte tiene que ver con las necesidades y emociones de las personas, explicó el presidente del Instituto.
“En materia familiar todo es amor para bien o para mal. Todo es amor: amor no dicho, amor mal dicho, amor pésimamente dicho, amor disimulado… entonces,
el mediador tiene que detectar dónde estuvo ese tema para para resolverlo.
Cuando los abogados ven que la persona que tenía siete años diciendo: ‘Prefiero pagarle a mi abogado ocho mil pesos al mes que a ti cinco mil (a la ex esposa)’, ¿De pronto qué pasó? En dos horas de mediación salen y dicen: ya va a dar alimentos”.
- Pero no es el único caso:
Está la historia de un papá que usa un reloj y unos tenis costosos, y quien llegó al centro de mediación jactándose de que no le iban a sacar más de tres mil pesos para la manutención de su hijo.
Pese a que no iba con el mejor de los ánimos, las personas a cargo de mediar le pidieron hacer juntos las cuentas para el niño, quien se llama Rodrigo. Le explicaron que esos tres mil pesos equivalen a 100 pesos diarios.
- Aquí empieza la suma: gas, agua, huevo, sal, aceite y un vaso de leche… y eso sólo en el desayuno.
Luego, a desglosar lo que cuesta una comida. Resultó que sólo para comer se necesitaban 86 pesos al día ¿y cómo andaría de tenis Rodrigo? Ah, bueno, el resto será para juntar en mes y medio para el par.
Espera… ¿Y para ir a la escuela Rodrigo toma el camión? Entonces se cancelan los tenis y se van para el pasaje. Oye y ¿tooodo lo demás? En un par de horas de “echarle lápiz”, el papá reconoció que lo que pensaba dar no es suficiente.
Y otra cosa muy importante: el divorcio no solo implica dividirse los bienes a la mitad. Al respecto, la directora de Justicia Cívica de Guadalajara, Patricia Paola Franco Mendoza, añadió:
“Prácticamente 80 por ciento de los temas de mediación que se han venido danto son de carácter familiar.
Se ven divorcios, de alimentos, inclusive convenios que llevan a cabo para el tema de quién se va a hacer cargo hasta de adultos mayores, por ejemplo, los papás”.
El director del Instituto de Justicia Alternativa explicó que para el sistema jurídico lo más importante es lo que dice la ley, pero aquí la prioridad es lo que dicen las personas. Este es un ejemplo de eso:
De nuevo, un divorcio. La ex esposa renunció al apoyo en alimentos, pero tras unos siete meses pidió un aumento del 80 por ciento para la manutención de su hijo.
¿Sabes cuál fue la razón?
Que ella, como profesionista, ganaba 20 mil pesos. Dos años después de la boda, ella siguió trabajando para que él pudiera terminar la carrera, pero tras el divorcio la ex esposa ya no pudo entrar a un trabajo con ese sueldo;
acaso le daban 8 mil pesos mensuales, así que le costó mucho reincorporarse al campo laboral.
Viendo todo con calma, el ex esposo reconoció que ella lo apoyó durante su carrera y aceptó dar más dinero, aunque legalmente el apoyo de alimentos ya no procedía.
Prácticamente todos los convenios (98 por ciento) se cumplen espontáneamente porque, aunque suene a cliché: hablando se entiende la gente… sólo que a veces no funciona cuando están tú y la otra persona, sino que necesitan un mediador.
Y ellos existen. ¿Y qué crees? ¡Funcionan! No te pierdas la cuarta parte de este trabajo especial.
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