“El Día sin Inmigrantes” encuentra detractores y obstáculos
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Los Ángeles, California.

En varias ciudades del país, la jornada tuvo un impacto visible. Pero para algunos comerciantes, la participación en el "Día sin Inmigrantes" causó un efecto negativo en los negocios.

Jaime di Paulo, Cámara de Comercio Hispana de Illinois:

“Los negocios que quisieron apoyar fueron muchos y cerraron sus puertas. Los empleados dejaron de ganar, y los empleadores dejaron de vender. El efecto es devastador, pero principalmente para nuestras propias comunidades”.

El miedo también jugó un papel clave en la jornada. Los rumores sobre posibles redadas migratorias llevaron a muchas familias a quedarse en casa, afectando incluso la asistencia escolar.

Sectores conservadores aprovecharon la protesta para exigir reformas que bloqueen el acceso de indocumentados al mercado laboral.

"Nuestro sistema ha generado empleos de bajos salarios subsidiados, que los estadounidenses rechazan y solo son ocupados por inmigrantes indocumentados. Debemos terminar con esto”.

A pesar de las críticas, la protesta buscó resaltar la importancia de la mano de obra inmigrante en la economía y la vida cotidiana del país.

“Es importante reconocer que sin ellos no podríamos disfrutar de muchas cosas esenciales para nosotros, como frutas y vegetales de alta calidad o la construcción de nuestras casas.”

Jaime di Paulo, Cámara de Comercio Hispana de Illinois:

“Los latinos en Estados Unidos, si fuéramos un país, seríamos la quinta economía más grande del mundo, incluso más grande que el Reino Unido e India”.

  • A pesar del propósito de la jornada, expertos señalan falta de organización y errores como el uso de banderas de México y El Salvador en vez de estadounidenses, lo que algunos ven como una contradicción que debilita el mensaje de integración del "Día Sin Inmigrantes".

Alex Segura, Voz de América, Los Ángeles, California