Guadalajara, Jalisco
Más de medio siglo después del mítico festival de Avándaro, la memoria de aquel encuentro musical que marcó a toda una generación regresa a la pantalla grande.
El cineasta José Manuel Cravioto presenta "Autos, mota y rocanrol", su décimo largometraje, una propuesta que mezcla realidad y ficción bajo el formato de falso documental, con estreno programado para el 11 de septiembre.

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Los actores Emiliano Zurita y Alejandro Speitzer encabezan el elenco dando vida a Justino Compeán y a “El Negro”, dos de los personajes clave en la organización de lo que fue llamado “el Woodstock mexicano”.
- Para ambos intérpretes, el acercamiento a sus papeles implicó un trabajo de investigación y sensibilidad que les permitió entender la dimensión histórica y emocional de Avándaro.
Speitzer recuerda que el proyecto comenzó como una ficción convencional, pero un giro inesperado lo llevó a transformarse en falso documental:
“A mí me gusta contar cómo nace la idea de este falso documental porque me parece un tremendo acierto por parte de Cravioto; nuestro director, y es que esta película no iba a suceder de esta manera. Era una ficción tradicional que iba a estrenarse en una plataforma, pero esa plataforma dejó de estar en México. Cravioto me buscó un día y me dijo que esta película se iba a hacer sí o sí. Escuchar esa determinación me pareció bellísimo porque haciendo cine no te debes detener… menos cuando tienes una historia como esta, que habla de algo que va más allá de la música. Habla de la historia de México, de un momento muy particular, habla de represión. Me mandó la nueva versión del guion un par de meses después y me pareció fantástica. Estoy muy contento porque es una película fresca, con otra narrativa, que puede tener una muy buena valoración”.
Para Zurita, el reto estuvo en interpretar a un personaje real con quien pudo convivir.
“Nunca me había tocado interpretar a una persona real y menos que podía sentarme a echar un café con él. Justino siempre estuvo involucrado desde el minuto uno en la película, y siento que para él era un tipo de celebración.
Durante muchos años no pudo ni asociarse con el festival por razones meramente políticas, pero lo importante es que tanto él como los demás organizadores se arriesgaron. Para mí era clave enfocarme en lo meramente humano de Justino, copiar sus manerismos y darle vida a la película”.
La ausencia de “El Negro” en la actualidad llevó a Speitzer a reconstruir su personalidad a partir de la memoria de quienes lo conocieron:
“Me acerqué mucho a Justino, que eran mejores amigos, para que me contara cómo era. También a su familia. Algo que me quedó muy claro es que era un tipo entusiasta, soñador, divertido. Fue muy bello cuando la familia visitó el rodaje y me dijeron que veían algo de su papá. Eso me llenó mucho”.
Ambos actores coinciden en que "Autos, mota y rocanrol" ofrece un puente generacional al mostrar cómo los jóvenes de 1971 se parecen a los de hoy. Zurita lo resume así:
“Lo importante es que la juventud de hoy se va a ver reflejada en la de 1971. Es bonito que puedan compartir en familia, hablar de la juventud de padres y abuelos. Avándaro fue y debe seguir siendo una celebración de la vida y de la libertad”.
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