La defensora de los derechos de los indígenas y premio Nobel de La Paz en 1992 Rigoberta Menchú, recibió del Ayuntamiento de Guadalajara un reconocimiento por su constante andar en el camino por la consolidación de igualdad para todos.

Durante su presencia en la ciudad la guatemalteca advirtió que no puede existir la justicia sin antes comenzar por la verdad legítima y no puede frenarse la discriminación  sin  mejor educación humanista para los niños y las niñas.

Rigoberta Menchú salió exiliada de su natal Guatemala hace 36 años y encontró hospitalidad mexicana, desde entonces ha abanderado diversas luchas sociales, incluida la de su hermana menor y ella, que siguen sin encontrar el cuerpo de su madre. 

En el país colabora con universidades como la cátedra que imparte en la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y de la que espera generar una réplica en la Universidad de Guadalajara (UdeG).