El tapatío promedio es de un nivel socioeconómico medio bajo. Su escolaridad apenas alcanza la secundaria y si es mujer, es posible que no la termine. Estas características delinean al ciudadano metropolitano, que será gobernado a partir del 1 de octubre por nuevas administraciones municipales emanadas del partido Movimiento Ciudadano (MC) y del Partido Revolucionario Institucional (PRI).

El Observatorio Jalisco Cómo Vamos  esbozó el perfil del tapatío promedio con base en los resultados de su Encuesta de Percepción Ciudadana, para que se le abran espacios en los nuevos gobiernos municipales y también sean considerados en la planeación de las políticas públicas, explicó su director, Augusto Chacón.

El hombre tapatío promedio por lo regular no se queda sin alimento, pero esto no significa que no le preocupe quedarse sin ello. En el caso de la mujer no es raro que una vez al día, en cualquier semana se quede sin comer por falta de dinero. Entre sus preocupaciones también está la inseguridad y el tráfico.

El ciudadano trabaja en Guadalajara, utiliza el transporte público para ir de un lado a otro, a lo que dedican dos horas o un tercio de día. Coinciden que los problemas más graves de su colonia es la venta de drogas y alcohol y los asaltos en la calle, detalló el director del Observatorio Jalisco Cómo Vamos, quien señaló que uno de cada diez tapatíos ha sido víctima de un delito.

El ciudadano metropolitano también se informa a través de la televisión y ve telenovelas. No confían en los medios de comunicación. Si tuvieran la oportunidad de ser escuchados, pedirían mayor seguridad y el mejoramiento de calles y banquetas.