La pandemia de Covid-19 heredó una crisis de trastornos alimenticios en México




Guadalajara, Jalisco. 

Alerta la Asociación Civil CAITÁ que atiende a personas con Trastornos de la Conducta Alimentaria (TCA) que los casos después de la pandemia se dispararon a más del 300 por ciento,

antes de Covid-19 atendían a cinco familias por semana, ahora acuden a recibir atención hasta 15 familias al día,

lamentablemente no existe una cifra oficial por parte de las autoridades sanitarias.

La UNAM informó el año pasado que estos trastornos están alcanzando niveles alarmantes en México, la Secretaría de Salud estima, sin tener diagnóstico, que el 25 por ciento de los adolescentes en el país padece de algún tipo de estos trastornos.

La presidenta de la asociación, Angélica Pérez García, detalla los principales trastornos de la conducta alimentaria una enfermedad mental que va en aumento en población infantil y adolescente: 

“Los más comunes, anorexia, bulimia, de reciente tipificación de atracones, también el arfi o teria que es un trastorno de selectividad alimentaria que tienen mucha dificultad en etapas tempranas, cinco a cuatro años

empezamos a notar que tienen problemas con las texturas, etc.

también vamos a encontrar algunos otros como Pica que están con conductas más extrañas a la comida, pero los más comunes esos que he mencionado”. 

  • Los trastornos alimentarios no respetan edad, raza o condición social, en la Asociación atienden a niños desde los 12 años hasta los 19. 

¿Y cuáles son los focos rojos de que está iniciando con un trastorno mental de este tipo? 

“Vamos a encontrar distintas que van desde una preocupación excesiva por el peso al grado de pedir quizá una báscula para estarse pesando todos los días, el restringir alimentos que anteriormente se consumían y que ahora ya definitivamente no se los quieren comer”. 

Además agregó que:

“Empiezan a tener un estado de ánimo muy complicado en las comidas,

se enojan porque les dicen que tienen que comer o empiezan a llorar no quiero, se aíslan, se llevan la comida a la habitación y terminan tirándola, esas son señales que nos dicen que algo está pasando con su cuerpo y con la comida”. 

Aunque son enfermedades mentales provocadas por múltiples causas, algunas que se identifican en los pacientes es la presión social de la imagen corporal que se fomenta en las redes sociales y en la televisión de que los cuerpos delgados son más bonitos y son mejores. 

Además de comentarios de los mismos familiares o amigos más cercanos sobre sus cuerpos, cómo ¡qué flaca estás!, o ¡ya estás engordando! e incluso en la mesa al momento de comer los continuos señalamientos de que “no comas más”, o “eso no es para ti porque te engorda”, entre muchos comentarios más. 

La especialista lamentó que el sistema público no cuente con una clínica especializada que atienda a estos pacientes,

hace diez años el Instituto Jalisciense de Salud Mental tenía una clínica especializada, pero cerró, desde entonces los mismos trabajadores de la salud al detectar estos casos en el Salme envían a los pacientes a su asociación, por esta razón

lanzan la campaña “El Cuerpo no se Juzga” para recaudar fondos y apoyar a más familias de bajos recursos:

“En este momento estamos con ocho familias de muy escasos recursos que incluso no se han podido hacer estudios de laboratorio basiquísimos que necesitamos, electrocardiograma por ejemplo”. 

  • Para más informes y apoyar a la asociación Civil CAITA o para solicitar asesoría o atención el teléfono es el 3311 36 65 78.

Rocío López Fonseca