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Guadalajara, Jalisco

La declaración de Quito, formalizada ayer en la clausura de Hábitat III, pide poner las bases de “ciudades prósperas”, y eso significa “el derecho a la ciudad”, que no se les imponga a las mayorías de proyectos políticos y económicos de corto plazo que colapsaron los entornos urbanos a pretexto de resolver la necesidad de vivienda. También debe desmontar esa percepción de que sus ciudades están secuestradas por poderes fácticos.

En la jornada final del encuentro más importante en materia de vivienda y desarrollo urbano a nivel de las Naciones Unidas, que se realiza cada 20 años, el consultor de la ONU formado profesionalmente en la Universidad de Guadalajara (UdeG), Eduardo López Moreno, sostuvo que no queda otro camino que cambiar, porque el modelo vigente no resistirá.

El experto no evita abordar el caso de Guadalajara, donde hay un discurso abierto a los ciudadanos, pero también muchas resistencias a este cambio de parte de los gobiernos.

En esencia, la declaración de Quito sepulta a la ciudad neoliberal, que ha sido desastrosa para sus moradores.

ONU Habitat III ha terminado. Queda por vigilar que sus acuerdos se aterricen, porque el cambio es urgente ante urbes pésimamente gestionadas que pueden colapsar.