Guadalajara, Jalisco.

La muerte materna es un grave problema de salud pública no sólo en México sino en todo el mundo y es que la posibilidad de complicarse durante el parto o después del mismo es muy alta,

por eso la importancia de que los médicos tengan un adecuado entrenamiento y actualización en el uso de fármacos y procedimientos quirúrgicos,

advirtió el gineco obstetra con subespecialidad en medicina materno fetal, Alejandro Posadas Nava: 

“De cada diez mujeres que se complica con hemorragia, seis de ellas no tienen ningún factor de riesgo son pacientes sanas completamente con un embarazo normal.

Esto quiere decir que cualquier mujer que se embaraza se puede complicar y si el equipo médico que atiende a estas pacientes no está entrenado, capacitado o está al día con el manejo de este tipo de situaciones, el tiempo que demore en resolver esto es fundamental”. 

Explicó que esta complicación es mortal, ya que la matriz de una mujer embarazada tiene un flujo sanguíneo de mil a mil 400 mililitros por minuto,

es decir, un litro a litro y medio por minuto está fluyendo,

por lo tanto cuando se presenta una hemorragia en unos cuantos minutos la mujer puede morir desangrada, es decir, por una hemorragia: 

“El médico tiene que conocer algunos medicamentos que ayudan a contener la hemorragia como medicamentos que provocan que la matriz se contraiga para tratar de cerrar el flujo sanguíneo,

otros medicamentos que ayudan a que se formen coágulos para que no sangre como es el ácido tranexámico y por supuesto que procedimientos quirúrgicos que sean rápidos y efectivos

para controlar la hemorragia en un lapso de tiempo corto, evitar que haya pérdida de sangre y así evitar la muerte de una paciente”.   

• La mortalidad materna es uno de los principales indicadores de desarrollo para saber si un sistema de salud cumple a su población. 

Y en países como México este sigue siendo un grave problema de salud pública, ya que de acuerdo con la Dirección General de Epidemiología de la Secretaría de Salud, la mortalidad materna durante el año pasado fue de 25.6 defunciones por cada 100 mil nacimientos.