Rescatar, registrar, difundir y defender: así trabaja un cronista municipal de Autlán
Sesión mensual Capítulo Juvenil Costa Sur BSGEEJ. Fotografía: Davidnia García




Autlán de Navarro, Jal.

03/09/2025

En la sesión mensual del Capítulo Juvenil Costa Sur de la Benemérita Sociedad de Geografía y Estadística del Estado de Jalisco, el cronista municipal de Autlán, Guillermo Tovar Vázquez, desmontó lugares comunes y precisó —con ejemplos locales— qué hace un cronista hoy y por qué su trabajo incide en la vida pública.

Lejos de una definición “decorativa”, el oficio se sostiene en cuatro verbos y en una ética de servicio: rescatar, registrar, difundir y defender la memoria de la comunidad.

Un cargo real con efectos reales

En Autlán, el nombramiento de cronista es honorífico: no hay sueldo ni oficina ni casilla en el organigrama municipal. Aun así, el impacto es palpable porque el cronista sirve a toda la comunidad: investiga, documenta y explica hechos recientes y del pasado.

  Tovar retomó una definición del fallecido cronista de Guadalajara, Juan López: el cronista es “funcionario público, fedatario del haber histórico, curador, investigador y expositor de la cultura de la comunidad”. Esa frase agrega dos ideas clave:

  • Fedatario del haber histórico: a él/ella se recurre cuando hace falta certeza sobre un dato del pasado local.

  • Expositor: no basta con conocer; hay que explicar y poner en circulación los hallazgos.

El contexto estatal es irregular: hay municipios con reglamentos completos para el cargo (funciones, derechos, obligaciones), otros apenas lo mencionan de manera somera y varios ni siquiera contemplan la figura. En el extremo contrario, municipios con historia compleja como Tlaquepaque o Tlajomulco han establecido consejos de crónica con cronistas por comunidad o barrio.

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Rescatar

Buscar lo olvidado o lo que nunca se contó bien: desde una demolición de casa antigua hasta decisiones aparentemente menores (por ejemplo, cerrar el jardín municipal durante la pandemia). Lo que hoy luce “cotidiano” puede explicar quiénes somos dentro de 20 o 50 años.

Registrar

Dejar constancia metódica de hechos y actores: fecha, lugar, documentos, fotografías, contexto. Registrar lo que ocurre ahora pensando en las generaciones futuras. Ejemplo: programas de mano o carteles que el público suele tirar; décadas después se vuelven oro histórico (como el del concierto de la Orquesta Sinfónica de Autlán de 1942).

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Debut de la Orquesta Sinfónica de Autlán

Difundir

Sacar los datos del cajón: radio, prensa local, columnas, charlas, museos, escuelas y redes. Sin difusión, la crónica no cumple su función social. En Autlán, Tovar ha llevado piezas de microhistoria a radio y medios locales, acercando el archivo a la gente: Memorias Color Grana, el cual se transmite los lunes en Radio Universidad de Guadalajara de Autlán a las 06:00 y 12:00 horas, Una Mirada a Nuestra Microhistoria, lunes al mediodía en Radio Costa, Historias de Plaza pública, columna quincenal en el portal Letra Fría. 

Defender

Corregir imprecisiones que se vuelven “verdades” por repetición. No es pleito: es pedagogía pública. Caso concreto: el aniversario de la Preparatoria de Autlán.

El caso de la Preparatoria de Autlán: qué se conmemora exactamente y por qué importa decirlo bien

 

En semanas recientes, se difundió que la Preparatoria de Autlán “cumple 50 años” el 4 de octubre y se anunciaron festejos. Tovar puntualizó el detalle que cambia el sentido:

  • La Preparatoria existía antes de 1975. En 1960 ya había un patronato ciudadano (encabezado, entre otros, por Jaime Llamas) que organizó y sostuvo la escuela antes de estar plenamente en la red de la Universidad de Guadalajara.

  • El año 1975 marca la integración plena a la UdeG (después de etapas previas como la incorporación).

  • ¿Qué sí cumple 50 años en 2025? La integración plena (1975–2025), no la “vida total” de la Prepa. De hecho, hace unos días una generación celebró 50 años de su egreso: sería imposible si la escuela “apenas” cumpliera 50 de existir.

Por qué importa la precisión

Confundir “fundación/vida” con “integración plena” borra la aportación del periodo ciudadano (patronato, docentes y comunidad que la sostuvieron sin salarios formales) y distorsiona la memoria institucional. La función “defender” del cronista consiste en aclarar esto con fuentes y en buen tono, para que la celebración sea fiel a la historia: “50 años de integración plena a la UdeG”.

Cronista vs. historiador: oficios distintos que se necesitan

Tovar subrayó que el cronista no es historiador (salvo que además tenga esa formación). Sus diferencias:

  • Motivación y escala: el cronista suele estar movido por el vínculo con su lugar; el historiador trabaja problemas más amplios (procesos sociales, económicos, culturales) con método académico.

  • Producto: la crónica fija memoria cercana; la historia contextualiza y explica en marcos teóricos.

  • Puente: las crónicas son fuentes primarias imprescindibles para la historiografía.

Tovar lo ejemplificó con tres nombres que importan a Autlán y a Jalisco: Bernal Díaz del Castillo (relato de la conquista), Fray Antonio Tello (siglo XVII, Nueva Galicia, con paso por Autlán) y Ernesto Medina Lima (siglo XX autlense). Ninguno fue “historiador profesional” en el sentido universitario moderno, y aun así sus crónicas son punto de partida obligado.

Dónde buscar la historia (y cómo leerla): cinco tipos de fuentes

Orales — Quien vivió los hechos (o sus descendientes).

  • Pro: aportan atmósferas, emociones, detalles.

  • Contra: son subjetivas; la memoria cambia.

  • Claves: conocer el contexto de la persona, formular preguntas no acusatorias, pedir consentimiento, triangular con otras voces.

Documentales — Archivos municipales, parroquiales y escolares; actas, nóminas, oficios, contratos.

  • Sirven para anclar datos duros (quién, cuándo, cuánto, dónde).

Hemerográficas — Periódicos y revistas.

  • Indican lo que trascendió a la esfera pública; registran la versión oficialista de su tiempo y nombres propios que ayudan a seguir cronologías.

  • Ejemplo citado: notas sobre la persecución final a Pedro Zamora en 1920; incluso se reporta que el ministro de Guerra viajó a Guadalajara para encabezar esfuerzos, dato que ilustra la prioridad nacional del caso.

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Caída de Pedro Zamora (El Informador)

Bibliográficas — Libros, tesis y artículos previos.

  • Evitan duplicar trabajos y ofrecen marcos; hay que citar y luego aportar nuevo material.

La calle y la arquitecturaLa ciudad como archivo.

  • Placas antiguas, rótulos, trazas raras revelan capas del tiempo.

  • Ejemplo: la calle Altamirano, la diagonal sugiere la ruta histórica hacia Unión de Tula y la posible ubicación de una aduana (versión atribuida a Carlos Martín Boyzo Nolasco).

  • Otra pista material: placas cerámicas de 1920 aún visibles en algunos muros (como en Juan Valdivia), que prueban antigüedad y nomenclaturas de época.

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Fuentes para la crónica:La calle

Método que funciona: del montón de papeles a un relato claro

Tovar compartió un flujo de trabajo útil para jóvenes investigadores:

Revisión previa: ¿qué se ha publicado ya? Si el tema está hecho, ajusta el enfoque.

Recolección: junta fuentes de todos los tipos (oral, documental, hemerográfica, bibliográfica, calle).

Base de datos (hoja de cálculo): fecha | fuente | autor | dato breve | cómo citar.

  • Ordenar por cronología permite “ver” la historia antes de escribirla.

  • Marcar qué entra y qué se descarta (Tovar usa colores: amarillas las que cita, naranjas las descartadas).

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Base de datos, Guillermo Tovar 

Redacción en tres pasadas:

  • Narrar de corrido (que se entienda al primer golpe de vista).

  • Enriquecer con contexto mínimo (¿quién es quién?, ¿por qué importa ese lugar?).

  • Corregir estilo, ortografía y consistencia de datos.

Triangulación constante: si una versión glorifica a X, busca otra que matice o contradiga. El objetivo no es “quedar bien”, sino contar verdad verificable.

La red de cronistas: un oficio que conversa

Desde 1995 funciona la Asociación de Cronistas Municipales del Estado de Jalisco (cumple 30 años este 2025). Se reúnen el último miércoles de cada mes en el Museo de la Ciudad de Guadalajara y realizan un congreso anual en noviembre (en 2022 tuvo sede en Autlán, durante las Fiestas Patrias).

  Esa red comparte fuentes, dudas y hallazgos: el oficio no se hace en soledad, sino en diálogo.

¿Por qué todo esto afecta la vida pública?

Porque nombrar bien ordena la memoria y mejora decisiones. Un aniversario mal planteado cambia el relato de origen de una institución; una calle “rara” sin explicación borra rutas y oficios; un programa de mano tirado a la basura pierde patrocinadores, repertorios y precios que, años después, explican la economía cultural de un pueblo. El cronista, no es un guardián de museo: es un mediador entre documentos y ciudadanía.


Antonio Díaz