El nuevo Código Urbano aún genera oposición. En esta ocasión, el gerente del Fondo de la Vivienda del Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado (Fovissste) en Jalisco, Juan Pablo Toledo Hecht, comentó que las nuevas determinaciones podrían impactar en la producción de viviendas de interés social, por lo que su dependencia podría tener complicaciones para otorgar créditos cuando no se garantice la capacidad de pago de los afiliados. 

Sin querer dar datos precisos, un estimado planteado por los constructores al funcionario es que las casas de interés social que hoy rondan el medio millón de pesos se podrían incrementar hasta en cien mil pesos, es decir, un 20 por ciento más. 

El problema es que los ciudadanos puedan acreditar que pueden pagarlos en un lapso determinado. De lo contrario, tendrían que buscar una casa más barata, y no necesariamente cerca de sus lugares de trabajo. 

El funcionario señaló que una de las políticas nacionales que se podrían ver afectadas es la reedificación de las ciudades centrales, porque el costo de la vivienda seguiría siendo más barato en las periferias, lo que contribuye a una segregación también de los subsidios, que se otorgan a las casas más baratas. 

Este jueves fue dado a conocer el informe de actividades anuales del Fovissste, la dependencia que entrega créditos inmobiliarios a los trabajadores del gobierno federal y de la Secretaría de Salud en el estado.

De acuerdo con los datos proporcionados por la delegación, en Jalisco se lograron colocar tres mil 105 créditos por un total de mil 460 millones de pesos. 

La crítica al Código Urbano ya suma varios actores: los primeros fueron los constructores y desarrolladores, quienes afirman que es muy restrictivo para las nuevas inversiones. 

A ellos les siguió el titular del Infonavit y de la Coparmex, quienes pidieron revisar el caso para evitar la fuga de inversiones y un encarecimiento de las viviendas.