Guadalajara, Jalisco.

En el marco de FIL Pensamiento, la escritora y antropóloga argentina Rita Segato, la activista mexicana Olimpia Coral Melo y la senadora defensora cultural Susana Harp participaron en el panel Democracia y crisis civilizatoria, donde reflexionaron sobre las violencias globales que atraviesan a las mujeres y a las comunidades históricamente marginadas.

El genocidio en Palestina, la colonización digital, la explotación económica del cuerpo femenino y la invisibilización de los pueblos afrodescendientes e indígenas fueron los ejes que articularon la discusión ante un auditorio lleno.

Rita Segato abrió la conversación con una crítica a la “ficción jurídica” que, dijo, ha perdido vigencia frente a la impunidad y la espectacularización del poder. Señaló perseguir la diferencia en lugar de celebrarla, es consecuencia de una modernización mal entendida.

“En el mundo comunal la diferencia es solamente una diferencia y en el mundo moderno la diferencia es una anomalía porque en la modernidad se inventa la noción lo normal, tenemos que sacarnos de encima la noción de lo normal y la anomalización de las diferencias,

el mundo cambiaría muchísimo y eso lo podemos hacer con pensamiento, creo yo, femenino, como digo, creo que hay una politicidad masculina que es la historia del Estado y una politicidad femenina que fue cancelada, desnombrada más que cancelada”.

Desde una perspectiva del ámbito digital, Olimpia Coral Melo, activista impulsora de la Ley Olimpia, advirtió sobre la deshumanización tecnológica que sostiene un mercado multimillonario basado en la explotación del cuerpo de las mujeres.

Explicó que las plataformas de pornografía operan mediante algoritmos patriarcales que convierten la dominación de mujeres y niñas en entretenimiento.

“Trataré de demostrar la crisis civilizatoria en la que nos encontramos a través del sistema de datos tecnológicos y los espacios digitales entorno al mercado monopólico de las plataformas y dominación de los cuerpos de las mujeres y las niñas

y el tema que quiero plantear es la automatización digital de la violación sexual como ´pedagogía neoliberal que pone en riesgo a las democracias y que provoca una deshumanización como finalidad del mercado económico moderno”.

• Por su parte, Susana Harp centró su intervención en la invisibilización histórica de las comunidades afrodescendientes e indígenas, a las que dijo, el Estado recurre simbólicamente cuando conviene, pero sin garantizar derechos ni reconocimiento real, de ahí que llamó a revisar a profundidad lo que pase en el mundial de futbol 2026, donde la diversidad cultural suele mostrarse al mundo desde una representación superficial.