Guadalajara, Jalisco.
Las autoridades estatales son las principales en generar un discurso estigmatizante contra los desaparecidos en Jalisco, lo cual deriva en que se investigue a las víctimas y les permite normalizar la violencia, así como que las búsquedas sean nulas o tardías, es lo que revela el diagnóstico elaborado por el Centro Universitario por la Dignidad y la Justicia “Francisco Suárez”, del ITESO.
Las 26 entrevistas a familiares de desaparecidos para este diagnóstico llamado “Nadie Merece Desaparecer", realizado por la doctora en Antropología, Concepción Sánchez, demostraron que este discurso es sistemático desde las instituciones para quitarse la responsabilidad en este problema que tiene a Jalisco en el primer lugar nacional con más de 15 mil personas en esa condición.
“¿En qué andaba metido su hijo?” “Andara de fiesta”, “Seguro está con el novio”, son parte de las frases usadas por ministerios públicos para desestimar las denuncias por desaparición, así lo detalló, Alejandra Nuño, directora de este Centro Universitario.
“Pero claramente tiene una implicación en las autoridades y en los funcionarios y funcionarias que de por sí tienen una cantidad impresionante de investigaciones, de reportes de búsqueda y pues lo que hacen, digamos, esa es su mejor elemento o criterio de priorización en el actuar, quiénes son buenos, quiénes son buenas y a quién entonces tengo que encontrar rápidamente, y creo que lo hemos visto en diferentes oportunidades en estos años, cómo priorizamos el actuar del Estado”.
En la investigación se demuestra lo contrario, aseguró Concecpión Sánchez. Los desaparecidos son personas “normales”, haciendo cosas “normales”. Martha Leticia García, representante del colectivo Entre Cielo y Tierra, añadió que aún y cuando hubieran cometido un delito, no se justifica una desaparición; debería ser juzgado, y ese es el discurso que debe permear entre la sociedad.
“Yo creo que es algo que nos debemos meter en la mente, en la conciencia, desde la ciudadanía, hasta las autoridades con mayor causa. Las familias nos hemos tenido que reunir, agrupar en colectivos para ser nosotras quien emprenda esa búsqueda y enfrentamos también a la sociedad y muchas de las veces también a la propia familia porque también dentro de ella, también se da la estigma”.
Para la presentación de los resultados, en el auditorio se dejaron sillas vacías, con una frase estigmatizante y los zapatos de algún desaparecido, a fin de evidenciar esta problemática que termina por evitar las búsquedas, y dejar a las familias que ellas las hagan. Camilo Vicente Ovalle, director General de Estrategias para los Derechos Humanos del Gobierno federal, recalcó que estos estigmas legitiman el discurso de la violencia y se vuelve más grave porque no sólo se dirigen al desaparecido.
“Cuando se dice por algo habrá sido o andaba en malos pasos, no es un dicho que se esté cargando sólo contra la persona que fue víctima de violencia, sino es un dicho que va dirigido a toda la sociedad, porque entonces nos produce una tranquilidad moral y nos hace decir, claro, como yo no ando en malos pasos a mí no me va a tocar nada, y no solamente es una reacción individual, sino que eso se convierte en una reacción colectiva”.
Enfatizó que esos discursos, que vienen por lo general desde la autoridad, deben ser cuestionados y criticados, para abandonar la mirada moral de la violencia y dejar de justificar que hay gente que sí merece desaparecer.