Villa Purificacion, Jalisco-
La cuenca del río Purificación, en la Costa Sur de Jalisco, es hábitat de los langostinos de río, conocidos popularmente como “chacales”. Estos crustáceos, además de formar parte de la gastronomía regional, cumplen un papel clave en el equilibrio ecológico de los ríos.
Sin embargo, enfrentan una creciente vulnerabilidad debido a la contaminación, la deforestación y la sobreexplotación, de acuerdo con una investigación realizada por Julián David Forero Cano, estudiante de maestría del Centro Universitario de la Costa Sur
Forero explicó que uno de los hallazgos más relevantes fue la contaminación del agua por agroquímicos y desechos ganaderos. ‘
"Encontramos que los coliformes fecales rebasan los límites permitidos, lo cual se debe principalmente a la presencia de ganado cerca de los ríos y al uso de fertilizantes"
El universitario detalló que la pérdida del bosque ribereño agrava la situación, ya que reduce la capacidad natural del ecosistema para filtrar contaminantes. Además, advirtió que la especie se encuentra bajo presión por la captura indiscriminada durante todo el año.
Dos de las especies más importantes tienen un periodo de veda del 1 de agosto al 31 de octubre, pero en la región no se respeta y es cuando más se capturan
El estudio documentó la presencia de cuatro especies nativas en la cuenca, entre ellas el chacal grande y el chacal popotillo. Aunque representan una fuente de ingresos complementaria para los pobladores y un alimento tradicional, su extracción se realiza sin controles efectivos.
- “Cada vez se capturan tallas más pequeñas y en menor cantidad, lo que refleja un escenario de sobreexplotación”, señaló.
Además de su relevancia cultural, los langostinos desempeñan una función ecológica esencial: son omnívoros y contribuyen a la limpieza del río al alimentarse de materia vegetal, restos orgánicos e incluso carroña. “Son el equivalente acuático de los zopilotes, porque ayudan a mantener el ecosistema limpio”, explicó .
El investigador enfatizó que la disminución de la especie también tiene implicaciones en la seguridad alimentaria, ya que las condiciones del agua impactan directamente en la calidad de los crustáceos destinados al consumo humano.
"Más que preocuparnos por la calidad de los langostinos en el plato, debemos entender que son un reflejo del ambiente. Si el río está sano, los langostinos también lo estarán”,
La investigación concluye que es urgente implementar medidas de conservación, respetar los periodos de veda y reducir el uso de agroquímicos en la cuenca para garantizar la supervivencia de los langostinos de río.
Mientras tanto, en comunidades como Villa Purificación, La Huerta o Chacala, donde este recurso forma parte de la identidad local, los pobladores continúan capturándolos como lo han hecho por generaciones, aun en medio de un escenario de creciente riesgo ambiental.