Autlán de Navarro, Jal. —
En los últimos años, el municipio de Autlán ha enfrentado severas inundaciones provocadas por el desbordamiento de ríos como El Cangrejo, situación que se ha repetido tanto por lluvias atípicas, como las ocurridas en septiembre de 2023, como por fenómenos meteorológicos extremos, como el huracán Lidia, de categoría 4.
En este contexto, el Dr. Luis Manuel Martínez Rivera, profesor investigador del Centro Universitario de la Costa Sur, advierte que el riesgo se mantiene debido a prácticas inadecuadas en el manejo de los cauces, falta de planeación y urbanización en zonas vulnerables.
“Tenemos normalmente dos razones por las que un río puede desbordar: una, por eventos extraordinarios como huracanes que traen lluvias intensas y breves; y otra, por alteraciones hechas en los ríos y arroyos que incrementan el riesgo”
Martínez Rivera recordó que desde antes de 2019 ha emitido recomendaciones técnicas para el desazolve correcto de los arroyos en el municipio. No obstante, estas prácticas continúan realizándose sin planificación adecuada ni estudios hidrológicos que justifiquen las intervenciones.
- “Muchas veces, cuando los municipios dicen que van a limpiar ríos y arroyos, no tienen claro qué van a remover. Meten maquinaria sin autorización ni conocimiento técnico, eliminando vegetación de las laderas, lo cual deja el cauce más inestable”, afirmó.
“La vegetación que se encuentra en las orillas ayuda a mantener la estabilidad del suelo; quitarla provoca erosión y riesgo de colapso”.
El investigador enfatizó que, legalmente, los cauces de ríos y arroyos son zonas federales y cualquier intervención debe ser autorizada por la Comisión Nacional del Agua (Conagua). “Ningún municipio tiene facultades para modificar un río sin permiso. Es algo que muchos no saben o, si lo saben, no lo cumplen”, subrayó.
La problemática se agrava por el crecimiento urbano desordenado en zonas cercanas a cauces.
“La zona federal no solo incluye el cauce, sino una franja de 10 metros a cada lado en ríos mayores de cinco metros. Al construir bardas o viviendas en esos márgenes, el agua pierde espacio de desfogue y busca salida en otras direcciones, generando inundaciones”,
Según el academico, Autlán carece actualmente de una cartografía de riesgo actualizada, lo que impide definir estrategias efectivas de protección. “Ya es urgente identificar las zonas de mayor riesgo de inundación y, con base en eso, diseñar obras adecuadas. No es suficiente con intervenciones reactivas”, insistió.
El académico también señaló que la infraestructura urbana existente, como puentes y curvas artificiales en el cauce del río, ha contribuido a los desbordamientos.
“El puente cerca de la gasolinera es pequeño y genera taponamientos. Además, en la curva bajo la ETA, el agua no puede seguir el cauce natural y se desvía hacia el hospital. Estas alteraciones aumentan el riesgo”, detalló.
Frente a esta situación, propone una estrategia de largo plazo basada en estudios técnicos hidrológicos, uso de sistemas de información geográfica y planificación estructural. “Necesitamos saber cuánta agua puede manejar el río, cómo se comporta, y con base en eso diseñar obras. Hay tecnología suficiente, pero se requiere inversión”, indicó.
Sobre lo que falta para prevenir más desastres, fue claro:
“Es un círculo vicioso. Se gasta en desazolves mal hechos, luego en apoyo a damnificados, pero no se invierte en prevención. Hay que romper ese ciclo con estudios serios, obras planeadas y educación sobre el riesgo”.
Finalmente, alertó que para esta temporada de lluvias se requiere mayor preparación institucional y social: “Protección Civil debe mantener informada a la ciudadanía. Si vivimos en zona de riesgo, debemos conocer rutas de evacuación y albergues. Más vale prevenir, aunque no pase nada, que lamentar tragedias como las que ya hemos vivido”.
El Dr. Luis Manuel Martínez reiteró que, mientras no se tomen medidas preventivas con base científica y legal, el riesgo de nuevas inundaciones en Autlán seguirá presente.