Guadalajara, Jalisco.

Las universidades se han caracterizado por ser inamovibles y haberse casado con un método de educación tradicional, pero tras la pandemia de COVID-19 deberán reinventarse, innovar y funcionar con mayor rapidez si no quieren volverse irrelevantes o tener retrocesos, coincidieron rectores de diversas instituciones privadas de nivel superior en la Feria Internacional del Libro (FIL) en Guadalajara.

En la mesa ¿Disrupción o continuidad? El futuro de la universidad en la pospandemia, Fernanda Llergo Bay, rectora general de la Universidad Panamericana criticó que antes de la pandemia tuvieron múltiples reuniones sobre el futuro de estas instituciones, pero nunca contemplaron esta contingencia, las discusiones solo se teorizaron y poco se hizo. Eso representó una sacudida para dejar de hacer eso y ser más propositivos.

“Y es real que lo peor que nos puede pasar es que digamos que no pasó nada

la vida cambió y la mentalidad cambió

Y todos los que están aquí, los colegas de la educación, conocemos compañeros y colegas de trabajo que piensan que ya regresamos a la normalidad, que ya se acabó el COVID-19 y volvemos a la misma clase y a hacer lo mismo, cuando nuestros alumnos han pasado dos años en un momento de contingencia, de incertidumbre, de sufrimiento y ellos mismos, nosotros, hemos vivido duelos más o menos importantes.

Esto nos ha cambiado la mentalidad

Por lo tanto, la persona que está delante de nosotros, ya no es la misma”.

El mundo cambió y también los estudiantes. Eso supone el reto de volcar a una educación centrada en la persona, sentenciaron los dirigentes de universidades como la UP, el Tec de Monterrey, el Centro de Enseñanza Técnica y Superior de Baja California, el Instituto Herberger para el Diseño y las Artes de Arizona y la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla.

La rectora de esta última, María Lilia Ramírez añadió que uno de los grandes temores para las instituciones es el retroceso porque no se puede regresar a lo mismo después de la pandemia ni dejar pasar la oportunidad de llevar a los estudiantes hacia un futuro con mayor certidumbre. Habló de las tres transiciones que deben tener las universidades: laboral, digital, pero sobre todo

lo vital para que los jóvenes tengan una buena calidad de vida.

“Nos dimos cuenta que lo más importante es estar sanos, y es estar vivos para poder hacer los cambios necesarios y en ese sentido también tenemos que darnos cuenta que debemos de trabajar hacia un futuro donde los adultos mayores van a requerir de mayor atención en todos los aspectos, en el aspecto educativo, en el aspecto del cuidado, de la salud”.

Para Pablo Murra Lascurain, rector del Tecnológico de Monterrey, la pospandemia cambió algo colectivamente en las universidades para tomar decisiones colocando al centro la dignidad de la persona, el aprendizaje fue que podían cambiar el modelo de educación, y ahora hay que cuidar no regresar a las maneras rígidas de hacer las cosas.