Temen que Trump invada la soberanía de México para combatir el crimen
Fotografía: Violeta Meléndez




 Guadalajara, Jalisco.

Cuatro años de beligerancia política le esperan a México a partir de la investidura de Donald Trump como Presidente de Estados Unidos el próximo 20 de enero, donde incluso el próximo mandatario podría transgredir la soberanía nacional para tomar medidas contra el flujo migrante y el crimen organizado.

Así lo planteó esta mañana el ex diplomático estadounidense John D. Feeley durante la mesa El Futuro de Estados Unidos, que forma parte de las actividades de FIL Pensamiento.

“Por lo que Trump ha declarado podríamos esperar que llegue a invadir la autonomía de México. ¿Qué significa invasión? Grupos de seis a ocho para infiltrar la frontera y capturar a narcos, no para matarlos, sino para enjuiciarlos en los mismos pueblos donde muchos americanos están muriendo por sobredosis de fentanilo”, externó Feeley.

“Eso está contemplado por su asesor de seguridad nacional, Mike Waltz, que en el año 2023 siendo congresista propuso una iniciativa de ley para autorizar el uso de la fuerza en contra de los carteles mexicanos. Absolutamente estoy convencido de que va a entrar, no le importa violar la soberanía nacional”.

Por otro lado, también comentó que el regreso de aranceles a las exportaciones podría ser un hecho en sus primeros meses de gobierno, lo que tendría impactos directos no solo en la inflación de México sino también de Estados Unidos.

“Lamentablemente, México tiene que prepararse para no enfrentar, sino negociar, porque invariablemente habrá inflación y México va a sufrir más. Su ventaja es que el pueblo mexicano es mucho más resiliente que el americano, pero hay mucho trabajo que hacer en el equipo de Claudia Sheinbaum”.

A pesar de que Trump maneja un discurso de política exterior amenazante, el ex diplomático recordó que esta podría ser una ventaja para que los gobiernos preparen estrategias de negociación y logren limar la dureza de sus propuestas iniciales, pues Estados Unidos también depende de la relación multilateral con otras economías como la China, de las que no puede simplemente prescindir.

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