Guadalajara, Jalisco.
Consumidores y vendedores a favor del vapeo y aquellos productos alternativos al tabaco combustible, se manifestaron en Guadalajara para exigir que se deje de lado la prohibición y los legisladores elaboren una regulación justa respecto a eso. Las manifestaciones se replicaron en la Ciudad de México, Monterrey, Cancún y Mérida.
Adolfo Breitling, usuario de vapeo y ex fumador en Guadalajara, recordó que actualmente, por un decreto federal, se prohíbe la venta y comercialización de cigarros electrónicos y vaporizadores, pero la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) declaró que eso es inconstitucional, por lo que urgen a una legislación.
“Es muy difícil para nosotros como usuarios acceder a estos productos, debido a que empieza a haber incautaciones. Se creó un mercado negro. Habemos alrededor de un millón de usuarios de vaporizadores a nivel nacional, existen 16 millones de vaporizadores que pudieran tener una mejor alternativa que ya se tienen en este momento, que son los parches, los medicamentos y que, bueno, en las estadísticas no han funcionado tan bien como métodos de cesación tabáquica como ya lo hemos visto en otras latitudes”.
Citó que en países europeos incluso ya se usa como un método para dejar el tabaco, al demostrarse la disminución en el consumo de esta sustancia, por su eficacia en la deshabituación fisiológica para los fumadores.
Según él, su calidad de vida ha mejorado, los riesgos de enfisema pulmonar disminuyeron y regresó a actividades físicas que le costaban trabajo. Hasta el momento hay 20 iniciativas presentadas en el Congreso de la Unión que se encuentran congeladas y exigen analizar.
“Lo que buscamos es una regulación y que los legisladores legislen de una manera adecuada, y que no nos encasillen en la Ley Federal para el Control del Tabaco porque no somos tabaco. Debería de contener, primero, una permitiva de poder importar, fabricar, distribuir, informar a los usuarios de vapeo sobre las consecuencias. Si bien no es un producto cero nocivo, es menos dañino, se estima 95 por ciento menos dañino que el tabaco combustible”.