Investigadoras de la UdeG detectan plaguicidas tóxicos en alimentos en el sur de Jalisco
Investigadoras del CUCBA encuentran restos de plaguicidas en orina de niños de Ciudad Guzmán. Foto: Coordinación General de Comunicación Social- UDG




Guadalajara, Jalisco. 

Al analizar 18 diferentes tipos de alimentos, investigadoras de la Universidad de Guadalajara detectaron que el jitomate fue el más contaminado al tener hasta cinco tipos de plaguicidas que no pueden removerse ni al hervir el producto.

La Coordinadora de la maestría en Ciencias de la Salud Ambiental del CUCBA, Silvia Lizette Ramos de Robles, explicó que identificaron plaguicidas en muestras de miel en 30 municipios del estado, la mayor cantidad en el sur, eso derivó en una segunda investigación.

Explicó que estos plaguicidas se introdujeron en los años noventa y aunque se comercializaban como productos amigables con el medio ambiente, investigaciones posteriores demostraron que son altamente tóxicos, especialmente para polinizadores; afectan desde la raíz, tallo, las hojas y frutos y permanecen en los alimentos, no se degradan ni siquiera hirviendo las verduras. Además, contaminan el suelo y el agua.

“Los neonicotinoides son considerados por la OMS como moderadamente tóxicos, pero a pesar de esta clasificación que tiene la OMS, las investigaciones que se han hecho en laboratorio determinan que tienen afectaciones a la salud humana, entre estas afectaciones.

Por ejemplo, pueden dañar el sistema neuronal, el sistema nervioso por la parte de la nicotina, pueden ser genotóxicos: pueden causar algunas enfermedades como tipo autismo y pueden causar afectaciones a órganos no blanco en nuestro cuerpo, como pueden ser riñón, como puede ser hígado”, detalla Silvia Lizette Ramos de Robles, Coordinadora de la maestría en Ciencias de la Salud Ambiental.

La investigación consistió en monitorear a un grupo de 23 niños de preescolar en San Andrés Ixtlán, ubicado en el municipio de Gómez Farías; los padres llenaron un diario de alimentación de una semana para registrar lo que los pequeños comían y dónde lo consiguieron. Los productos eran de una tienda en esa demarcación y también de un tianguis en Ciudad Guzmán.

Así fue como detectaron contaminantes en frutas y verduras, así como en orina de niños de Ciudad Guzmán.

“De todas las muestras que nosotros analizamos, encontramos que fueron detectados un total de 34 diferentes plaguicidas, incluyendo cinco neonicotinoides, que era nuestro mayor interés”, Irma Aidé García Villegas, estudiante de maestría en Ciencias de la Salud Ambiental.


Elizabeth Ortiz