Guadalajara, Jalisco.

En la Feria Internacional del Libro de Guadalajara siempre se descubren historias inesperadas: nuevas voces, proyectos editoriales, lecturas que transforman.

Pero entre pasillos y presentaciones también nacen relatos que no vienen impresos. Uno de ellos es el de Pau y Pepe, una pareja que decidió volver este 2025 a la FIL vestida de novia y novio para homenajear el lugar donde comenzó su historia de amor.

Todo inició en 2019, en un evento celebrado en el salón Enrique González Martínez. Entre la multitud, un gesto sencillo los acercó: intercambiaron separadores. Ese pequeño objeto, que suele perderse dentro de un libro, se convirtió para ellos en la primera señal de algo más.

• A partir de ese momento se siguieron en redes sociales, aunque pasarían dos años para retomar la conversación. 

El 23 de abril de 2021, Día del Libro, comenzaron a hablar de nuevo. Sin planearlo, la charla se extendió, se hizo cotidiana y dio paso a una amistad que fue creciendo entre lecturas compartidas y coincidencias virtuales.

La cercanía se fortaleció en la FIL 2023, donde convivieron por horas entre presentaciones, firmas de autor y cafés improvisados en los pasillos. Fue entonces cuando ambos decidieron arriesgarse: dejar de ser sólo amigos y probar la posibilidad de una relación.

La decisión los llevó más lejos de lo que imaginaban. El pasado 25 de octubre se casaron, sellando una historia que nació entre libros y que ha acompañado cada etapa de su relación.

Y por eso, este 2025, regresaron a la feria con la intención de enmarcar su unión en el sitio que los vio encontrarse por primera vez.

La imagen sorprendió a los visitantes: Pau avanzando entre stands con su vestido blanco y Pepe a su lado con el traje de boda, ambos sonriendo mientras señalaban lugares que forman parte de su memoria compartida.

Algunos asistentes se acercaron para tomarles fotos; otros escucharon la anécdota y aplaudieron la manera en que la feria se volvió parte de su historia personal.

“Queríamos regresar a donde empezó todo”

Comentaron a quienes les preguntaban. Para ellos, la FIL no sólo es una feria del libro, sino un espacio simbólico, un mapa afectivo que guarda su encuentro, su amistad y el inicio de su vida en pareja.

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