La FIL Guadalajara celebra a Rosa Montero y Fernando Aramburu en la apertura del Salón Literario Carlos Fuentes
Fotografía: Héctor Navarro




 Guadalajara, Jalisco.

La 38ª Feria Internacional del Libro de Guadalajara (FIL) abrió su esperado Salón Literario Carlos Fuentes con dos grandes figuras de la literatura española: Rosa Montero y Fernando Aramburu. Ambos escritores fueron los encargados de dar inicio a este espacio emblemático y recibieron la Medalla Carlos Fuentes, un reconocimiento a su destacada trayectoria.

Marisol Schulz Manaut, directora de la FIL, destacó la relevancia del salón que desde 2012 lleva el nombre del célebre autor mexicano.

“Nuestro salón literario se denomina así en homenaje permanente a Carlos Fuentes”, afirmó.

  • En la presentación, la periodista Berna González Harbour subrayó la importancia de la FIL como un punto de encuentro literario de primer nivel: “Es una especie de acelerador de partículas literarias; encontrarse aquí es agitar todas las mentes de ideas, de contexto, de literatura”.

Para Rosa Montero, inaugurar este espacio fue un momento de conexión personal y profesional.

La autora recordó cómo la literatura se convirtió en su refugio desde la infancia, cuando la tuberculosis la mantuvo aislada.

"Si bien dejar de escribir es deshacerte, dejar de leer es la muerte instantánea, es como vivir en un mundo sin oxígeno. ¿Cómo se puede vivir sin leer? y supongo que la pregunta la compartimos aquí, aunque supongo que hoy habrá funcionarios que tengan que estar (risas)".

Fernando Aramburu, por su parte, habló de su tardía relación con la literatura. Durante su infancia, la lectura escolar carecía de sentido, hasta que un maestro lo inspiró.

"Nos leía fragmentos de Juan Salvador Gaviota y despertó nuestra curiosidad. Compartía lecturas picantes, de esas que interesan a esos de 12 o 13 años y me hizo lector pero por la puerta de la voluntad y no de la obligación "

Ambos escritores coincidieron en la diferencia entre literatura y periodismo.

“El periodismo fórmula verdades vivenciales, mientras la literatura crea verdades desde lo personal o la utopía”, concluyó Montero.


Héctor Navarro