Guadalajara, Jalisco.

En México, ocho de cada 10 donaciones de riñón son de paciente vivo y el resto de cadáver, pero debería ser al revés para evitar exponer a alguien más a que después se una a la larga lista de espera por un riñón.

Por eso, en Jalisco hay una iniciativa de ley para que no haya necesidad de la autorización de familiares en caso de muerte encefálica para donar órganos.

Este martes, se llevó a cabo el Parlamento Abierto en el Congreso del Estado para hablar sobre mitos y realidades sobre la donación.

Ponchito es un niño de seis años en lista de espera. Está en un punto en el que se agota fácilmente y ni siquiera puede tomar mucha agua. Además, ya se cansa muy fácilmente y tienen que trasladarlo en carreola. Es de los primeros lugares en la lista de espera de un riñón; mientras tanto, su salud se está deteriorando.

"Tengo seis años. Espero un riñón. Quiero tomar mucha agua. No quiero ir a la escuela sin carriola y sin silla de ruedas".

La presidenta de Donación de Milagros, Mily Naveja, dijo que no se puede decir que Jalisco no está preparado para una ley como esta.

"Es absurdo que estemos pidiendo que se dé a las y los jaliscienses una segunda oportunidad de vida, habiendo países de América Latina con la ley Justina en Argentina, la ley 1805 de Colombia, la ley 19.451 de Chile, la ley 1246 de Uruguay, por mencionar algunas, que funcionan tal y como se encuentra planteada esta iniciativa".

El cinco por ciento de personas fallece por muerte encefálica. Por eso, no todas son posibles donadoras y al escuchar a las autoridades decir qué se va a hacer con tantos órganos, sólo deja en claro su desconocimiento absoluto.

Las asociaciones quisieran saber dónde están los órganos del tráfico que se argumenta; la respuesta es que se da de donador vivo.

"El tráfico de órganos en Jalisco se da de donador vivo a receptor a través de la compra de un órgano de alguien conocido y es un acto desesperado".