Guadalajara, Jalisco.

La espina bífida es una malformación en la columna vertebral del bebé que puede dañar la médula espinal y los nervios, pero gracias a los avances de la ciencia ya se puede detectar y reparar desde dentro del vientre de la madre sobre todo para evitar las secuelas al nacer.

A pesar de que ya se ha logrado disminuir un poco esta malformación congénita, todavía es una realidad en 143 bebés de cada 100 mil recién nacidos. 

La detección oportuna de esta malformación es la diferencia entre una calidad de vida o complicaciones graves, explica el Jefe del Servicio de Cirugía y Terapia Fetal del Nuevo Hospital Civil de Guadalajara Juan I. Menchaca, David Alejandro Martínez: 

“es importante que se entienda que la espina bífida es una condición que en la actualidad puede diagnosticarse de manera prenatal desde etapas muy muy tempranas desde el primer trimestre del embarazo, desde una evaluación con médicos especializados se puede detectar en etapas tempranas y dar así una atención prenatal, una cirugía antes del nacimiento que a demostrado reducir las secuelas”.

Las secuelas van desde problemas renales, de movilidad, sexuales e intestinales, así como hidrocefalia, explica el encargado de la Clínica de Tumores Cerebrales y Malformaciones Congénitas de la Columna Vertebral del Antiguo Hospital Civil, Luis Ángel Arredondo Navarro,: 

“el riesgo de secuela es muy importante y la detección oportuna de esta malformación lo es así mismo, en los casos en que es posible realizar la cirugía fetal hemos visto que algunas de estas secuelas o riesgos de secuelas se ven atenuados cuando se practica precisamente la cirugía in útero sobre todo el riesgo de hidrocefalia ha disminuido la necesidad de poner una válvula en los pacientes que tienen espina bífida si son operados oportunamente in útero”.

• Por eso la importancia de la planificación del embarazo y luego el apego estricto al control prenatal para detectar a tiempo este tipo de malformaciones.