Defensorías universitarias, espacios para equilibrar desigualdades: académicos




Guadalajara, Jalisco.

Las universidades son una herencia de las estructuras del antiguo régimen, que reproducen prácticas jerárquicas y de poder, y en las cuales las mujeres transgredieron ese espacio, pues nunca estuvieron pensadas para ellas. Es por eso que surgieron las defensorías universitarias, concluyeron académicas durante la Feria Internacional del Libro (FIL) de Guadalajara.

En el panel Los retos de la protección de los Derechos Humanos en el entorno universitario, Urenda Navarro, académica de la Universidad Autónoma de San Luis Potosí, especializada en género, resaltó la importancia de estas defensorías para equilibrar desigualdades en el entorno universitario.

“En ese contexto tan difícil, en donde toda relación jerárquica, que implica una relación de poder, pensar en que exista la figura de ombudsperson universitarios, es precisamente pensar en cómo equilibrar esas desigualdades estructurales. Es así como nace la o el defensor universitario, precisamente en el papel de agente de equilibrar, de corregir, de desactivar posibles conflictos, de garantizar principalmente derechos universitarios”.

La académica aclaró que las defensorías al día de hoy están incluidas en la Constitución, es decir, las universidades están obligadas a cumplir con ellas y no se trata de una voluntad.

Cristina Ayoub Riche, coordinadora de la Red Iberoamericana de las Defensorías Universitarias, habló sobre las obligaciones de quienes dirigen estos espacios, su papel debe ser pedagógico, con serenidad, seriedad, confidencial, con transparencia y usando un lenguaje accesible.

“El defensor universitario en su calidad de canal de escucha privilegiada y garantía de derechos que promueve la tríada: informar, formar transformar, debe actuar como instrumento de los derechos de cuarta generación, vinculados a los derechos fundamentales de fraternidad y solidaridad; debe defender la dignidad de la persona humana como un valor fundamental y republicano. Entendiendo que la persona debe ser tratada como un ente único dotado de derechos”.

Sin embargo, concluyeron que estas defensorías enfrentan aún muchos retos, como la falta de capacidad y de personal, pero el más importante a vencer, son las resistencias internas de las instituciones de educación superior y de sus autoridades universitarias porque no les gusta el escrutinio de su función ni entienden que realizan una función sujeta a ser vigilada.

Urenda Navarro añadió que la única manera de vencerlas es articularse para trabajar en red y llevar esa lucha a los entornos universitarios.


Fatima Aguilar