Guadalajara, Jalisco.

En México, el 94 % de las denuncias de mujeres por violencia vicaria o la sustracción de hijos e hijas en los estados donde no está tipificada, tienen en común que los agresores cuentan con recursos económicos, la complicidad de algún funcionario o personaje “influyente” que puede ayudarlos en el proceso, manifestó el Frente Nacional contra Violencia Vicaria.

En la encuesta Reconocimiento de la Violencia Vicaria en México, realizada en mayo pasado a más de dos mil mujeres arrojó estos resultados. Su co-fundadora y representante en Jalisco, Lisy Celis agregó al respecto.

“El 77 % de las mujeres que vivimos esta violencia, ya habíamos sido amenazadas todas de que nos iban a quitar a nuestros hijos. Es un tema que cuando llega una mamá y nos dice, me dijo que me iban a quitar a mis hijos, a todas nos lo han dicho. El que amenaza lo cumple, entonces el tema de estar aquí no es sólo por los niños sustraídos porque la violencia vicaria no empieza con la sustracción, empieza mucho antes”.

A eso se suma que las mujeres son revictimizadas con denuncias falsas por parte de los agresores y que las ha llevado a ser vinculadas a proceso, 62 % de estas encuestadas dijeron haber sido denunciadas. Lisy Celis evidenció que sus situaciones para recuperar a sus hijos, se agravan por la violencia institucional.

“Es una violencia institucional que no sólo la sufrimos nosotros, es una violencia que la sufren ellos, en donde están inmersos a peritajes, a peritajes falsos, que se tienen que volver a estar haciendo, en donde los jueces se están prestando a que si un peritaje no le gusta a los progenitores, hacen otro en otro de los juzgados. Yo en lo personal, llevó 116 procesos legales, he litigado 116 procesos legales. Esto es violencia institucional al 100 %”.

Resaltaron la necesidad de que Jalisco tipifique la violencia vicaria, iniciativa que se encuentra presentada en el Congreso del Estado y esperan que se apruebe por unanimidad.

Este jueves a las 8 de la noche, el Frente llevará a cabo una vigilia con velas, en silencio y vestidas de blanco fuera de Casa Jalisco para visibilizar la violencia vicaria.