Guadalajara, Jalisco. 

Aunque el alcalde de Jocotepec, Hugo García, señala que descargar escombro en el lago de Chapala es común en su municipio, no es una práctica aceptada por la autoridad, al menos no en el Código Penal Federal, pues hacerlo constituye un delito que se castiga hasta con 12 años de prisión.

A la letra, el Artículo 420 Bis de este ordenamiento federal señala:

Se impondrá pena de dos a diez años de prisión y por el equivalente de trescientos

a tres mil días multa, a quien ilícitamente:

• I. Dañe, deseque o rellene humedales, manglares, lagunas, esteros o pantanos

Se aplicará una pena adicional hasta de dos años de prisión y hasta mil días multa adicionales, cuando las conductas descritas en el presente artículo

se realicen en o afecten un área natural protegida,

o el autor o partícipe del delito previsto en la fracción IV, realice la conducta para obtener un lucro o beneficio económico.

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Es decir, al contar el lago de Chapala con una declaratoria de sitio Ramsar, la máxima protección internacional para ecosistemas acuáticos, la sanción por rellenar con escombros ascendería a 12 años.

Además, es atribución de la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales ordenar el retiro de obstrucciones o invasiones de zonas federales con cargo al infractor,

como en este caso de remover el tiradero de escombro de la ribera de Chapala

y pasar la factura a los funcionarios que lo permitieron, ya que así lo establece textualmente la Ley de Aguas Nacionales en su Artículo 122.

La ribera de un lago es parte del ecosistema, no es un terreno seco o muerto;

una ribera es un área de transición entre el ecosistema acuático y el terrestre que tiene funciones vitales como regular las crecidas del lago, proteger el agua de la contaminación al hacer una función de filtro, es fuente de alimento para aves, peces y otras especies, regula la temperatura y permite el correcto desarrollo de los ciclos biológicos dentro del humedal.

Es decir, cuando en temporada de estiaje el nivel del lago de Chapala baja, la ribera sigue haciendo su función ecológica reteniendo la humedad en el suelo y permitiendo que se lleven a cabo procesos biogeoquímicos vitales,

pero es cuando más aprovechan los infractores para realizar invasiones, rellenos, extracción de arena, entre otros ilícitos,

y cuando el nivel vuelve a subir, el espejo de agua se encuentra con las nuevas obstrucciones que perjudican el ciclo de ese ecosistema.