Guadalajara, Jalisco.
Luego de que 150 familias de las localidades de Zipoco, El Carrizo, Panales y Petacala, todas ubicadas en el municipio de Santa María del Oro, fueron desplazadas por miembros del crimen organizado, el Gobierno de Jalisco anunció que se han tomado medidas para restablecer el orden en la zona.
A través de un comunicado, el Gobierno estatal aseguró que las fuerzas federales y estatales reforzarán su presencia en la zona. Afirmó que estos desplazamientos ocurrieron como consecuencia de un enfrentamiento entre grupos rivales de Michoacán y Jalisco.
En realidad, se trata de una disputa que mantienen el cartel Jalisco Nueva Generación y el grupo conocido como carteles Unidos.
En medio de ese altercado, los vecinos de esas comunidades se vieron obligados a abandonar su hogar para huir de las balas. Esto, según testimonios de habitantes de la zona, ocurre desde el pasado 12 de enero.
Hasta el momento, se sabe de al menos 500 personas que tuvieron que dejar todo y salir de su hogar.
Al respecto, el gobernador Enrique Alfaro afirmó que “desde que se tuvo conocimiento de estos incidentes se reforzó la presencia de las fuerzas de seguridad de los tres niveles de Gobierno y, en colaboración con el estado de Michoacán, se recuperó la calma y está regresando la normalidad a la zona”.
Y añadió que los operativos “no aflojarán” hasta garantizar la paz y la seguridad de los ciudadanos.
El tema se abordó en la Comisión Ejecutiva del Consejo Estatal de Seguridad, y las fuerzas federales se encuentran en la zona desde el viernes, especialmente en la comunidad de Zipoco. Hoy hay elementos del Ejército, la Guardia Nacional y la Policía de Jalisco.
A decir del Gobierno de Jalisco, las autoridades municipales les reportan “que la situación en este momento se mantiene en calma y existen condiciones de seguridad para la población”.
- Esta no es la primera vez que ocurre un desplazamiento en Jalisco. En mayo de 2021 se vivió una situación exactamente igual en el municipio de Teocaltiche, ubicado en la Región Altos Norte de Jalisco, en donde enfrentamientos entre los carteles Jalisco Nueva Generación y el de Sinaloa obligaron a la gente a salir del sitio.
En aquel entonces, las balaceras se registraron en plena cabecera municipal y el pueblo rápidamente se fue quedando solo. Algunos de ellos se fueron a otros puntos de Jalisco o Aguascalientes y ahí se quedaron.
Para aquellas fechas, fueron más de 600 los residentes de comunidades como El Saucito, El Rosario, Los Garcías, Rancho Santo, Rancho Mayor y Aguantina quienes se vieron obligados a salir del sitio para evitar ser víctimas del fuego cruzado