Crisis de agua se agudiza. Parte II: Faltan tres mil litros de agua por segundo para abastecer sin interrupciones la ZMG

Desde hace años, los casi cinco millones de habitantes de la Zona Metropolitana de Guadalajara no pueden tener acceso ininterrumpido al agua. ¿La razón? Se requieren tres mil litros por segundo adicionales.



Guadalajara, Jalisco.

Nadie se pregunta por qué las críticas en torno al desabasto de agua potable son tantas. Aunque el mote se haya acuñado como una muletilla, realmente se trata de un líquido vital.

Con agua es posible asearnos, limpiar la vivienda, eliminar desechos y, por supuesto, vivir.

Pero, desde hace años, los casi cinco millones de habitantes de la Zona Metropolitana de Guadalajara no pueden tener acceso ininterrumpido a este servicio. ¿La razón? Se requieren tres mil litros por segundo adicionales.

Los criterios básicos de diseño de factibilidades que el Sistema Intermunicipal de Agua Potable y Alcantarillado (SIAPA) realizó hace una década establecen que, para que el organismo operador otorgue un permiso, debe haber disponibilidad de infraestructura sanitaria e hidráulica.

Y en ambos rubros esto se ha incumplido. El primero queda en evidencia a cada tormenta que inunda la ciudad. El segundo, porque es imposible dotar del promedio de 280 litros diarios a cada habitante: la cantidad que está entre los criterios básicos del SIAPA para dar un permiso.

  • Las cifras son rudas. Juntando el agua del Acueducto Chapala-Guadalajara, la Presa Calderón, los pozos y los manantiales, el SIAPA obtiene un promedio de 10.5 metros cúbicos por segundo, o bien, lo equivalente a 10 mil 500 litros.
  • Sin embargo, para dar los 280 litros que establece a cada uno de los 4.2 millones de habitantes requeriría de, al menos, 13.6 metros cúbicos por segundo.

Ahí está el déficit de tres metros cúbicos. Ahí está la razón por la que la gente en Guadalajara reacciona de esta manera:

“Pues el desempeño del SIAPA es pésimo porque nos quitan el agua y, aparte, nos llega carísima y en malas condiciones. Otra cosa que se ha estado viendo es que, con tanto permiso de construcciones, no he escuchado que las constructoras se quejen por el agua.

No sé si porque a ellos les llega primero o tienen sus depósitos y después la comunidad común y corriente ahí que se haga bolas con el agua que les llega”.

 

“Uh, pésimo. Para mí, tengo registros yo creo que después de 30 años (hay) un mal manejo y ahorita pues ha hecho crisis. Hemos crecido en población; sin embargo, la cuestión de abastecimiento, del tratamiento de las aguas: cero”.

La última gran obra que se ha puesto en marcha para dotar de agua a la ciudad es el Acueducto Chapala-Guadalajara, en enero de 1991.

Y salvo los permisos para perforar nuevos pozos, el dinero se ha ido en grande para estudios y proyectos que realmente no han aumentado el caudal para los habitantes de Guadalajara.

Y eso que, en 1991, Jalisco tenía una población de 5.3 millones de habitantes: cifra que hoy se concentra sólo en su ciudad principal.

Así, han pasado 33 años y, salvo paliativos como los pozos de extracción o la rehabilitación del antiguo Canal de Atequiza, cada proyecto para garantizar agua para la ciudad ha sido rechazado, ya sea por oposición ciudadana, inviabilidad técnica u omisiones de las autoridades hídricas.

Tres décadas después del acueducto, el Sistema Intermunicipal de Agua Potable y Alcantarillado se encuentra en problemas para asegurar que todos los habitantes de la ciudad cuenten con agua potable.

Previo al 10 de mayo de 2024, hubo 250 colonias que padecieron por esas omisiones del pasado, y esta es la opinión que tiene al respecto el consultor especialista en hidrología e hidráulica, Josué Daniel Sánchez Tapetillo.

“De un año a otro tenemos cada vez más usuarios de agua. Cada año el organismo operador autoriza más y más factibilidades para el servicio del agua en diferentes desarrollos habitacionales, comerciales e industriales.

Entonces, pues tenemos cada vez más usuarios y hemos tenido hasta este momento los mismos volúmenes que podemos extraer de nuestras fuentes de abasto de agua superficiales y subterráneas".

"Apenas este año, a diferencia de los anteriores, tenemos una fuente adicional que, lamentablemente, por las condiciones de sequía que hemos venido padeciendo en los últimos años, en el caso de la presa de Calderón, que apenas recuperó 11 centímetros el año pasado, el Lago de Chapala el mismo caso: 11 centímetros nada más.

Entonces entró una nueva fuente: la Presa de El Salto, pero básicamente está apenas tratando de cubrir el déficit que estamos teniendo por Calderón. De hecho, si no fuera porque la Presa de El Salto está suministrando agua a la Presa de Calderón, la Presa de Calderón ya se hubiera secado completamente en este momento”.

Y así, la ciudad ha atravesado por todo. Desde un crédito japonés que se quedó en intento, la Presa de Arcediano, que significó el desembolso de cientos de millones de pesos hace tres sexenios, el Acueducto II de Chapala-Guadalajara, que se fue al olvido por una decisión política que se impuso sobre la técnica… y la Presa El Zapotillo, que según se ha prometido, será la primera nueva fuente adicional de agua para la ciudad en tres décadas, en tanto el discurso de las autoridades se concrete.