Crisis de agua se agudiza. Parte I: SIAPA extrae menos agua de sus fuentes superficiales

Por seis días, miles de tapatíos sufrieron escasez de agua, lo cual fue justificado por fallas en los transformadores de la CFE. Sin embargo, es un hecho que hoy extraen menos agua, pero al mismo tiempo se paga más por electricidad.



Guadalajara, Jalisco.

La crisis en la red de abasto de agua en la Zona Metropolitana de Guadalajara, que mantuvo sin ese recurso a miles de tapatíos seis días la semana pasada, y en las fechas más calurosas que ha registrado la ciudad en las últimas tres décadas.

Se atribuyó a la falla en los transformadores de la Comisión Federal de Electricidad (CFE) en el Acueducto Chapala-Guadalajara.

Pero lo cierto es que las fallas del Sistema Intermunicipal de Agua Potable y Alcantarillado, o SIAPA, no iniciaron la semana pasada. El organismo operador hoy extrae menos agua de sus fuentes superficiales y, al mismo tiempo, paga más por el servicio de electricidad.

Y, cuando se habla de falta de agua potable la situación cobra un matiz delicado, porque desde julio de 2010 la Asamblea general de las Naciones Unidas la reconoció como un derecho humano al que todos debemos tener acceso.

Esta resolución exhorta a los Estados y organizaciones internacionales a “proporcionar recursos financieros, a propiciar la capacitación y la transferencia de tecnología para ayudar a los países, en particular a los países en vías de desarrollo, a proporcionar un suministro de agua potable y saneamiento saludable, limpio, accesible y asequible para todos”.

¿Qué significa esto?

Que la segunda ciudad más importante en México no puede, bajo ninguna circunstancia, permitirse seis días sin entregar agua a sus habitantes.

Por eso, la calificación ciudadana que se pone a esa instancia regularmente versa en este sentido:

“Pues deja mucho que desear porque, en primer lugar, la calidad del agua no es agua potable. Trae infinidad de contaminantes, tiene olor, tiene color, muchísimo color, sale oscura y aparte de la mala calidad, nos la quitan”. 

“Uy, qué le puedo decir. Hasta pena da. En lo que a mí respecta es la calidad, más que nada. Viene un agua mucho muy sucia, de mala calidad. También el desabasto: hemos sufrido tantísimo la semana pasada, hubo personas que tuvieron que ir a comprar el agua. Yo pensaba que nos iban a apoyar con pipas, pero nada”.

“Pues bastante deprimente. En todo el aspecto está muy deplorable. Desde la atención en el SIAPA, porque lo traen a uno vuelta y vuelta, hasta el servicio. El agua, como se puede observar, y toda la ciudad puede dar fe de la mala calidad del agua. El color parece agua de tamarindo, a ratos parece agua de pingüica o ya no sabemos ni de qué, pero de que tiene un olor bastante fétido, eso sí te lo puedo asegurar”.

Según el informe de actividades y resultados del primer trimestre, entre enero y marzo de 2023, el SIAPA extrajo 68.8 millones de metros cúbicos (cada uno equivalente a mil litros) para entregar a cinco millones de habitantes en su red de cobertura. Y en los mismos tres meses de este año fueron dos millones menos.

La gráfica de la Dirección de Abastecimiento y Operación muestra que los volúmenes extraídos hace un año son superiores, especialmente en enero de 2023.

Agua superficial 
 Volúmenes extraídos  66,868,353
 Líquido potabilizado  63,944,168vvvvv
 Porcentaje sin potabilizar  4.37%
  Fuente: Informe de Actividades y Resultados del SIAPA

Y, aunque el porcentaje es mínimo, en todas las plantas potabilizadoras hay más agua que entra que la que recibe tratamiento para consumo humano. De los 66.8 millones de metros cúbicos, sólo se limpiaron 63.9 millones. Esto es, en Guadalajara hay un 4.3% de líquido que no se potabiliza. 

Tampoco los análisis de laboratorio salen bien librados si se compara los que se han realizado este año con el periodo enero-marzo de 2023.

Ni en los que se tomaron para asegurar calidad de agua potable suministrada, pruebas de calidad a insumos para potabilización, monitoreos de cloro residual en la red de distribución y actividades de muestreo.

Pero lo peor es el análisis de muestras de agua residual y residual tratada. Hace un año se hicieron ocho mil 100 en números redondos en los primeros tres meses; este año suman cuatro mil 800.

Hasta en las plantas de tratamiento de Aguas residuales de El Ahogado y Agua Prieta: las grandes apuestas de hace dos sexenios para que finalmente se limpiaran todos los residuos líquidos en la metrópoli, reportan menos tratamiento este año en comparación con el anterior.

Y tampoco hay grandes esfuerzos para mantener en buenas condiciones la infraestructura con la que cuenta hoy el SIAPA. Escuchemos al consultor especialista en Hidrología e Hidráulica, Josué Daniel Sánchez Tapetillo:

“Hay que recordar que este año no se llevó a cabo el mantenimiento en la fecha usual que es la Semana Santa. Se pospuso indefinidamente. Hasta este momento, de hecho, no se tiene previsto cuándo se va a llevar a cabo este mantenimiento, no necesariamente las fallas que se presentaron en la planta de bombeo podrían obedecer a la falta de este mantenimiento si estamos hablando de unos transformadores que sufrieron daños, precisamente por la inestabilidad del sistema eléctrico. Pero hay algo en lo que tenemos que pensar: que estas fallas o esta posibilidad de fallas se pudieron haber detectado si se hubiera llevado a cabo el plan de mantenimiento”.

  • Lo peor es que, aunque arrojaron la responsabilidad de la falla más reciente a la CFE, entre enero y marzo de 2023 se gastaron 25.2 millones de pesos menos en electricidad que este trimestre. 

Es decir, que el organismo encargado de suministrar agua potable a la metrópoli no sólo extrae menos agua de sus fuentes principales, sino que paga más por luz para su operación y oficinas, y el abasto y saneamiento del líquido al que todas y todos debemos acceder porque se trata de un derecho universal.