Guadalajara, Jalisco.
Se vive una coyuntura crítica que exige unidad, firmeza y compromiso con el interés nacional ante las acciones del Presidente Donald Trump
Solidaridad y apoyo hacia las comunidades mexicanas en Estados Unidos, rechazo al muro fronterizo y a la pretensión impositiva sobre las remesas y exportaciones mexicanas, proponen el Consejo de Rectores de la Universidad de Guadalajara (UdeG), los sindicatos de Trabajadores Académicos (STAUdeG) y Administrativos (SUTUdeG), así como la Federación de Estudiantes Universitarios (FEU).
El mensaje está dirigido al presidente de México, Enrique Peña Nieto; los presidentes de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN), de las Cámaras de senadores y diputados; gobernadores; alcaldes; dirigentes de los partidos políticos; rectores de universidades; a los mexicanos que residen en Estados Unidos de América y a la opinión pública.
La UdeG convoca a este acuerdo de unidad para la resistencia y defensa de México y su cultura, ya que se vive una coyuntura crítica que exige unidad, firmeza y compromiso con el interés nacional.
La Casa de Estudios exhortó a todos los sectores del país a realizar un gran acuerdo de unidad nacional y movilización encabezado por Enrique Peña Nieto y los Poderes de la República, apoyado por los partidos políticos, las organizaciones sociales y sindicales, las instituciones civiles, las entidades empresariales, las universidades y los ciudadanos.
El propósito es hacer una defensa solidaria de la soberanía nacional y alentar a los compatriotas que viven y trabajan en Estados Unidos.
Tal acción debe formar parte de un conjunto organizado de estrategias, públicas y civiles, que en todos los foros, nacionales e internacionales, protejan a los migrantes y hagan valer los intereses de México.
El Presidente Peña Nieto es custodio de la dignidad de México y en ese sentido debe actuar: con prudencia y sensatez, pero también con firmeza y compromiso absoluto para con el pueblo que representa, sin caer en las provocaciones de las que es objeto el País.
Mostrar determinación frente a las agresiones del Ejecutivo norteamericano no implica negarse al entendimiento con el pueblo estadounidense.
Los propósitos del presidente de Estados Unidos de América, Donald Trump de construir un muro y hacer que lo pague México, así como deportar a millones de migrantes, gravar las exportaciones a ese país y las remesas, y echar abajo unilateralmente el Tratado de Libre Comercio, atentan contra los derechos de los mexicanos y violan los principios de convivencia y cooperación entre dos naciones civilizadas.
De llevarse a cabo estas medidas, se destruirá lo alcanzado durante décadas en las que ambas naciones han construido una relación de respeto mutuo y asociación comercial que corresponde a la profunda interacción cultural, social, económica y familiar.
Las intenciones del presidente Trump son ajenas al sentido común y conforman una estrategia para un mundo que ya no existe; su consigna.
Son dignas de reconocimiento las políticas de protección a los migrantes encabezadas por los alcaldes de muchas “ciudades santuario” de Estados Unidos. Sin embargo, mientras el pueblo norteamericano corrige los exabruptos de su Presidente, es demasiado el daño que éste puede causar a México.
Los mexicanos somos objeto de una injusta guerra comercial, diplomática, moral y cultural por parte del Gobierno federal de los Estados Unidos. Sus efectos serán el maltrato a los compatriotas y la violación de sus derechos humanos, la humillación nacional y la cancelación de oportunidades económicas para México.
Si no nos unimos y actuamos cuanto antes, las agresiones de Trump comprometerán la estabilidad nacional. Puede ocurrir algo más grave: que perdamos la confianza en nosotros mismos y se debiliten los lazos que nos integran como pueblo.
El voto que llevó a Trump a la presidencia no procedió de la mayoría de los estadounidenses, con quienes México comparte el aprecio por la democracia y la libertad, así como los principios de la tolerancia, paz, dignidad y justicia. En este sentido, son encomiables las innumerables manifestaciones del pueblo estadounidense contra las medidas de su Presidente.
El documento reitera que somos muchos los que en Norteamérica, de todas las razas y credos, defendemos la idea de un proyecto de convivencia entre culturas diversas basada en el respeto mutuo.
Además, nuestra vecindad entraña ventajas competitivas para el comercio y la asociación productiva entre las dos naciones que tarde o temprano encontrarán el cauce que mejor les convenga.