Guadalajara, Jalisco.

Con un espíritu de largo aliento, que arranca en 1910 y cierra en 2020 para revelar que la violencia de ayer y hoy no ha tenido grandes cambios, es como se construyó el libro “Territorios Violentos en México.El caso de Tierra Caliente, Michoacán” de Enrique Guerra Manzo, presentado durante la FIL. 

Su autor ha escrito sobre la primera y la segunda Cristiada, y este libro es su trilogía que comenzó a trabajar desde 2012, pero profundizó a partir del estallido de las autodefensas en esa región.

Va más allá de otros textos sobre el tema al contar cómo le hicieron los antecesores para enfrentarse a las violencias de su época y qué aprendieron. 

“El libro arranca en 1910 y se cierra en 2020, si uno trabajara los tres últimos años, que han ocurrido en la región desde que cerró este libro, no ha habido diferencias, las tasas de violencia siguen altas, las correrías entre grupos del crimen organizado siguen muy fuertes”. 

Aseguró que las estrategias de seguridad son viejas que van y vienen con el cambio de los gobiernos, pero sólo muestran la impotencia del Estado para combatir la inseguridad en estas zonas y proteger a quienes ahí habitan.

“Las viejas formas en las que se ha tratado de combatir la violencia en la región, incesantes operativos que van y vienen, que con el actual sexenio dijo, no voy a ir por ahí, si nos atacan nos defendemos, pero no voy a salir a perseguir; de todas formas no ha bajado sustancialmente las tasas de violencia.

Qué está pasando, que entonces las causas entrelazadas de la violencia no sólo están en lo que tiene que ver con el estado, ya sea que haga o que no haga, si no también en como sociedad que estamos haciendo y que estamos dejando de hacer”. 

Se trata entonces de un libro que ayuda a comprender la acumulación de violencia en otras regiones, se aprecian los múltiples rostros de entornos inseguros, dominados por el crimen organizado, refleja la incapacidad del Estado.

• Además, que  en Tierra Caliente no ha habido algo reconstituyente, es una guerra sin posguerras que está en la memoria de la gente con heridas endémicas, sin alivio y donde a los michoacanos ninguna autoridad los ha convencido de que sea mejor.