Guadalajara, Jalisco.
Una pareja de artistas estadounidenses que huye de la monotonía de Nueva York para reencontrarse en un pueblo de México. Un cineasta que cuestiona los límites de la representación.
Una película filmada en plena pandemia, con recursos mínimos, pero con libertad total. Así nació Buen salvaje, el nuevo largometraje de Santiago Mohar Volkow, una sátira cultural que desarma los clichés sobre México y Estados Unidos a través del metacine y el humor negro.
Con Naian González Norvind, Dario Yazbek Bernal, Andrew Leland Rogers y Manuel García Rulfo en los papeles principales, la cinta se adentra en el proceso de creación artística bajo una óptica fársica.
Maggie y Jesse, escritora y cineasta, llegan a un pueblo perdido en busca de inspiración. Conocen a Melitón, un estafador local, y luego a Don Chelo, quien desencadena una cadena de malentendidos donde las ficciones y la realidad se funden hasta volverse indistinguibles.

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El director comparte como el guion lo escribieron entre él y Andrew al estar confinados durante pandemia:
"Durante ese tiempo después de ver tantas películas, hicimos una primera versión de la película, solos en casa Andrew. Se la enviamos a Manuel García Rulfo quien nos invitó a pasar un fin de semana en su rancho; ahí a una hora y media de Guadalajara.
Manuel no dijo que por qué no hacíamos algo en su rancho y con esa invitación en la mesa, regresamos a México a escribir y a llamarle a todos los amigos que en ese momento también estaban parados. El equipo técnico y demás, y así fue como se escribió en dos semanas. Luego regresamos al rancho y filmamos en dos o tres semanas".
La película incorpora entrevistas reales con habitantes del pueblo, mientras los actores improvisan en torno a una historia construida a partir de los recursos disponibles. "Teníamos una cámara, unos amigos, una locación… y escribimos la película al revés: a partir de lo que podíamos filmar", explicó Andrew Leland.
Buen salvaje es una exploración crítica del papel de los artistas como gentrificadores culturales. “Nosotros mismos estábamos gentrificando ese lugar al ir a hacer una película”, reconoció Mohar.
“Eso pasa mucho en el cine mexicano: se van a contar historias ajenas a los lugares, y hay un despojo narrativo. Para evitarlo, lo hicimos tema de la película”.
La cinta también cuestiona la forma en que el cine estadounidense ha romantizado la violencia y el folclor mexicano.
"Creo que viene de un lado ingenuo. Creo que como los gringos no sabes cómo es México, se quedan con esta idea que ven en las películas. Entonces, cuando vienen los gringos a México le cae como un balde de agua fría porque dicen, "Órale, esto es México".

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"Pero todavía siguen romantizando ciertas cosas folclóricas que para nosotros a lo mejor son muy normales, muy cotidianas"
“Hay una cita de Heriberto Yépez que usamos en la película: ‘México es el lugar donde los americanos vienen a sentirse americanos otra vez’. Ahí está el conflicto que explota la película”.
Pese a su tono ácido, la cinta ha sido bien recibida por la crítica. “La gente agradece ver algo distinto. Cada vez se parecen más las películas, sobre todo las que se estrenan en el cine nacional”, opinó Mohar. “Esta puede gustar más o menos, pero sin duda es diferente”.
- Buen salvaje está actualmente en cartelera.
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