Guadalajara, Jalisco.

El nuevo decreto de Área Natural Protegida de las barrancas de los Ríos Santiago y Verde, al norte de Guadalajara, es una palanca que empuja a consolidar los procesos de ordenamiento territorial de los linderos de la metrópolis, y de forma acusada, deben ocasionar que se acelere el tratamiento efectivo de sus aguas negras, que han contaminado por más de cuatro décadas la zona, reconoce el responsable de esos espacios silvestres por la Secretaría de Medio Ambiente y Desarrollo Territorial (Semadet), Antonio Ordorica Hermosillo.

La demarcación de casi 22 mil 500 hectáreas de nueve municipios, contiene una alta diversidad biológica pero fuertes impactos desarrollistas por basura, cambio de uso de suelo y aguas contaminadas. Además, afrontan un futuro que sería aciago sin la conformación de la reserva ecológica, pero es urgente que todos los gobiernos involucrados den certidumbre y participen, aclara.

La clave del éxito es que los habitantes y poseedores de terrenos y derechos, vean el área protegida no como una carga, sino como una oportunidad.

Ordorica Hermosillo puntualizó que ya hay programa de manejo, documento rector que permitirá avanzar más rápido en la gestión del área.