Presidente alemán pide perdón por crímenes coloniales en Tanzania
El presidente alemán, Frank-Walter Steinmeier, deposita una corona de flores en el monumento conmemorativo del Parque Memorial de Songea junto con descendientes de los héroes de la Guerra Maji Maji. Foto: Bernd von Jutrczenka/dpaCrédito: Bernd von Jutrczenka/dpa




Songea, Tanzania

Unos 100 años después del fin del sangriento dominio colonial alemán en África Oriental, el presidente alemán, Frank-Walter Steinmeier, pidió hoy perdón a los descendientes de los varios cientos de miles de víctimas.

"Como presidente alemán, quisiera pedir perdón por lo que los alemanes le hicieron a sus antepasados", dijo el mandatario durante una visita a la ciudad tanzana de Songea. En medio de aplausos, Steinmeier aseguró a los descendientes que Alemania estaba dispuesta a asumir juntos el pasado.

En el segundo día de su viaje a Tanzania, Steinmeier se reunió en Songea con una familia cuyo antepasado, el jefe Songea Mbano, fue ejecutado junto con otros 66 líderes por los gobernantes coloniales alemanes en 1906. Hoy es considerado un héroe nacional.

En aquella época, la potencia ocupante sofocó un levantamiento del pueblo oprimido en su colonia de África Oriental Alemana en una guerra que fue librada con brutalidad.

Según estimaciones tanzanas, la llamada Guerra de Maji Maji, de 1905 a 1907, costó la vida de hasta 300.000 personas. La historia colonial alemana terminó en 1918 con la derrota del Imperio Alemán en la Primera Guerra Mundial.

Steinmeier visitó el Museo Maji Maji de Songea, uno de los principales escenarios de la guerra, y depositó una rosa roja en la tumba del jefe Songea Mbano y una corona de flores en la tumba colectiva de los demás combatientes. El encuentro con los descendientes tuvo lugar en un pequeño grupo sin periodistas.

El mandatario escuchó las historias de los familiares de aquellas personas que fueron masacradas por las tropas coloniales del Imperio Alemán por resistirse a la opresión, los trabajos forzados y el saqueo.

O que, como la mayoría, murieron de hambre porque los ocupantes utilizaron una estrategia de tierra arrasada, devastando campos, incendiando graneros y destruyendo pozos para sofocar el levantamiento africano.

"Lloro con ustedes por el jefe Songea y por los demás ejecutados. Me inclino ante las víctimas del dominio colonial alemán", declaró el jefe de Estado alemán.

Casi al mismo tiempo que la guerra en el África Oriental Alemana, fue sofocado también con derramamiento de sangre un levantamiento de la población oprimida en el África del Sudoeste Alemana. Los historiadores estiman que murieron allí entre 65.000 y 80.000 herero y al menos 10.000 a 20.000 nama.

  • El Gobierno alemán reconoció estas atrocidades como genocidio y se negoció un acuerdo de reconciliación entre Alemania y Namibia, que está a punto de firmarse.

En el mismo, se prevén ayudas para los descendientes por un valor de 1.100 millones de euros (1.160 millones de dólares). Además, el presidente pedirá perdón ante el Parlamento namibio. Hasta ahora, sin embargo, esta iniciativa ha fracasado debido a la resistencia de algunas asociaciones herero y nama, descontentas con el acuerdo.

Las cosas no avanzaron tanto entre Tanzania y Alemania, sobre todo porque del lado tanzano hay más interés en ocuparse del futuro del país que de su pasado colonial. Esto valió también durante décadas para Alemania, según criticó Steinmeier en 2021 al inaugurar el Foro Humboldt en Berlín.

"La verdad es que, cuando se trata de la época colonial, los alemanes, que por lo demás somos tan conscientes de la historia, tenemos demasiadas lagunas. Tenemos puntos ciegos en nuestra memoria y en nuestra autopercepción", dijo en ese entonces.

El presidente añadió que quizá nadie quería saber con tanta precisión en qué lugares lejanos "los alemanes, como amos coloniales, también oprimieron, explotaron, robaron y mataron gente".

Los ocupantes alemanes también robaron los cráneos de Songea Mbano y de muchos otros asesinados. Cientos de cráneos y huesos siguen en museos y colecciones alemanas. Recuperarlos es la principal preocupación de las familias hoy en día, como John Makarius Mbano también dejó claro.

El tataranieto también dejó su ADN durante su visita a Berlín, con la esperanza de poder identificar así el cráneo de su antepasado y traerlo de vuelta a casa. "Se lo prometo: Haremos todo lo que esté en nuestra mano para buscar, encontrar, identificar y devolver", recalcó Steinmeier.