Guadalajara, Jalisco.
¿Alguna vez has hecho yoga? Bueno, si ya intentaste conocer tu cuerpo a través de esta herramienta sabrás cuáles son sus virtudes y sus desafíos.
Al igual que tú, que has tenido la experiencia, personas con discapacidad visual tienen un taller de Yoga sin Límites en la Biblioteca Pública Juan José Arreola.
La responsable del área de Tiflotecnia, Gema Pérez Hermosillo, explica cómo surgió esta clase.
“Nació simplemente por la inquietud de los mismos usuarios que ya tienen muchos años con nosotros algunos más de 10 y lo que queremos es vivir la inclusión no solamente de palabras, el respeto a las personas que tienen, en este caso, discapacidad visual y
cubrir sus necesidades no solamente informativas sino también culturales y lúdicas”.
La instructora de yoga Eva Becerra da clases al personal de la biblioteca y ahora atiende al grupo de discapacidad visual, desde que inició con su preparación para niños y familias entendió que lo más importante es
enfocarse el tipo de población con el que trabaja,
ella ve siempre a un niño en cada persona, aunque hay quienes tienen necesidades específicas.
“Ya había tenido una experiencia en que a la clase del viernes había llegado una usuaria ciega, la señora Lupita acompañada de sus hijas una de nueve meses de embarazo y otra nunca había hecho yoga en su vida, era un triplete, con esta experiencia fue en vivo de saber que claro que
una persona que no tiene alguna capacidad que nosotros sí pues puede participar en una clase de yoga”.
Además agregó que:
“Al principio, hasta ellos estaban un poquito con una etiqueta del yoga como algo imposible, por eso la clase se llama Yoga sin Límites”.
La primera clase fue en la seguridad de una silla, luego empezaron con pequeños movimientos, exploraron el movimiento de los brazos, los movimientos de las piernas y los pies; luego siguió el espacio que marca el tapete y fueron subiendo de nivel. Además,
hicieron ejercicios a través de los sentidos que sí tienen, como oler y experimentar con sonidos.
“Han empezado también a perder la vergüenza porque aunque no vean son muy consientes de ser vistos y entonces, por ejemplo me platicaban es que una de las cosas que más vergüenza les da es bailar entonces yo les decía pues yo lo usuaria y me movería como loca porque nadie me está viendo,
pero entonces empezamos a crear primero un espacio seguro para ellos no nada más en el sentido físico sino en el sentido emocional
que pudieran expresar a través de sus cuerpos el movimiento y la palabra, obviamente que todos somos escuchados y que respetamos lo que cada quien siente y piensa”.
Jorge Moreno expresó que:
“Todos nuestros servicios son gratuitos, tenemos el acceso a materiales bibliográficos en sistema braille, en macrotipo para su lectura, tenemos para escritura del braille la máquina Perkins, las regletas o la impresora Braille, tenemos material tiflotecnológico con computadoras o con lupas que son accesibles para las necesidades de las personas con discapacidad visual,
tenemos otro tipo de actividades culturales por ejemplo el cine que son los jueves de cada mes es un cine gratuito que novan a ver, pero sí van a sentir y van a escuchar”.