Guadalajara, Jalisco.

El impacto de la emergencia de salud entre los niños fue distinto a lo que pasó con los adultos. La especialista en psiquiatría, Paola Alejandra Gutiérrez Galindo, explicó los cambios en la conducta de niñas y niños durante la pandemia en el XXIII Congreso Internacional Avances en Medicina que organizó el Hospital Civil de Guadalajara.

Comentó que tiene muchos pacientes que vivían en Estados Unidos y se vinieron a vivir a Guadalajara con los abuelos. Ni siquiera hablaban bien español, pero los papás no podían cuidarlos allá y se los trajeron.

Y si para un adulto fue complicado no salir a convivir, no asistir a fiestas, para un niño fue más impactante porque parte de su desarrollo es adquirir esas habilidades y fue justo lo que la pandemia les quitó.

Se explicó el caso de un niño que de repente bajó de peso de un mes a otro, y ya en el regreso a clases le preguntaron qué pasó. La respuesta del chico fue que al haber un área para comer, pero no pueden hablar y otra zona para jugar e interactuar, dejó de comerse todos los días su lonche porque prefería una actividad lúdica.

“Como tenía trastorno por déficit de atención y el medicamento les baja un poquito el apetito, más esto de que dejó de comer durante el recreo, empezó a bajar de peso. Entonces, nosotros nos preguntábamos por qué y tenía que ver con esto, con que la rutina cambió y dejó de comer en la escuela”.

Ahora aumentó la cantidad de consulta para los paidopsiquiatras, la socialización es uno de los aspectos que más está impactando porque de por sí algunos tenían dificultades, con dos años de aislamiento se complicó más la adaptación a la rutina.

“Nosotros esperábamos una disminución ya que se volvieran a adaptar a las escuelas y que toda la rutina se viera normal. Sin embargo, eso no ha pasado, los casos que se están presentando más son niños que tienen trastornos que tienen que ver con el estado de ánimo, quiere decir depresión y ansiedad, es de las cosas que son más frecuentemente referidas y también los niños que ya tenían trastorno por déficit de atención o que no se habían dado cuenta los papás y ahorita que regresaron a la escuelas también las escuelas nos los están refiriendo por problemas conductuales que están teniendo”.

Eso sin contar el rezago en el aspecto educativo, porque en pleno desarrollo niñas y niños se tuvieron que enfrentar a clases en línea por ocho horas tratando de aprender, así que fue muy difícil estudiar sin lo divertido de la escuela, que es la convivencia y el juego.