Jóvenes que fueron reclutados por el crimen organizado relataron la dificultad para reinsertarse de nuevo a la sociedad
Fotografía: Ignacio Pérez




 Guadalajara, Jalisco.

Hacen falta programas o iniciativas de las autoridades para lograr la reinserción de niños, niñas y adolescentes, tras haber sido reclutados por el crimen organizado.

Cuatro jóvenes de Ciudad Juárez, Guadalajara y Ciudad de México relataron sus experiencias al respecto, en el Foro de Análisis del Reclutamiento de Menores en el Crimen Organizado, convocado por la presidenta de la Comisión legislativa de Derechos Humanos, Hortensia Noroña Quezada.

Kevin, un joven que comenzó a delinquir siendo un niño de 8 años de edad, cuando cometió el primer robo a mano armada a la tienda de su barrio, relató que la adicción a la droga le hizo más difícil buscar una salida.

Él estuvo detenido en el reclusorio de Santa Marta Acatitla, por el delito de secuestro.

Un hermano menor fue quien lo animó a dejar al grupo criminal al que perteneció.

Los testimonios se ofrecieron por parte de los jóvenes sin mostrar sus rostros, por razones de seguridad.

“Cuando ya no hay amigos, cuando ya no hay nadie, cuando literalmente estas tú solo, es cuando realmente dices ‘va’. Y me llega la señal, le entra una llamada a mi madre, mi madre corre y me dice ‘te van a ayudar nada más que te vas a tener que anexar’.

Y me le quedo viendo y le digo ‘¿otra vez encerrado? yo ya no voy a estar encerrado, yo me puedo alivianar así, pero ofrezcanme una ayuda, una terapia, algo. ‘Tú te tienes que anexar sí o sí”, me dijo mi madre.

¿Y cuánto tiempo?, porque eso es lo que preguntamos mucho los adictos. Un año. Y la volteo a ver y le digo ¿cómo?. Un año”, relató.

Gael, quien vive en el Área Metropolitana de Guadalajara, se insertó en la delincuencia organizado, siendo estudiante de secundaria. Dijo que sus padres no se ocuparon de él y quien lo crió fue una de sus abuelas.

“Un día me llegó una oferta limpiando vidrios. ‘No te quieres ganar una lana’, me dijeron. A esa edad que yo me comencé a involucrar no tienes uso de tu conciencia al 100 por ciento, tú lo que quieres es pertenecerle a alguien.

Si mi patrón -por así decirlo- me daba el cariño que no me daba mi papá, para mi él era mi papá, muy independiente de ser mi patrón. Él era mi papá y si me decía ‘haz aquella chingadera’, yo iba y le hacía caso, porque yo quería tener su cariño al 100 por ciento.

¿Por qué?, porque en mi casa no me lo daban y cuando veía a mi papá eran broncas, peleas, reproches. Entonces, así fue cómo me involucré en ese pedo”, expresó. 8

Los jóvenes que fueron reclutados por el crimen organizado siendo unos niños, salieron de esa condición, con el apoyo de grupos de la sociedad civil y grupos religiosos que los capacitaron en oficios y así realizaron trabajos regulares.

Ahora se dedican a apoyar a otros jóvenes que como ello viven con adicciones e integrados a grupos de la delincuencia.

  • Sin embargo, señalaron que hace falta que los gobiernos de los tres niveles le den prioridad a rescatar a niños, niñas y adolescentes que fueron reclutados a edades tempranas.

Ignacio Pérez Vega