Guadalajara, Jalisco

Jaliscienses llegan a los Centros de atención de Jalisco en California con crisis nerviosas, ataques de ansiedad y los ojos llorosos.

Los periódicos locales de Los Ángeles reportan un incremento de atenciones psicológicas; mientras que los registros oficiales han comenzado a documentar suicidios de dreamers, como se les conoce a los hijos de migrantes mexicanos  

De noviembre a la fecha, la cantidad de remesas enviadas a México se han incrementado 24 por ciento. Y todo esto no es normal. Parece indicar que el éxodo masivo de jaliscienses en retorno comenzará más pronto de lo previsto.

Es el efecto Donald Trump. Los discursos de xenofobia no bajan de tono, la promesa de un muro fronterizo (ya existente pero inconcluso) persisten.  Y en Jalisco, el gobierno estatal empieza a prepararse contra reloj.

Así lo asegura la directora del Instituto Jalisciense, Mariana Márquez, quien confirma que al finalizar el mes presentarán toda una estrategia integral de atención para esas personas que llegarán con sus sueños frustrados en las espaldas.

Del total de jaliscienses que existe en el mundo, una tercera parte vive en Estados Unidos. Según cálculos oficiales, son dos millones y medio del otro lado del Río Bravo. En 2016, enviaron más de mil millones de dólares a sus familias en Jalisco.

La funcionaria recuerda que primero hay que desmitificar a Barack Obama y su administración. En los últimos tres años, la administración del primer presidente afroamericano de Estados Unidos deportó a más de 31 mil jaliscienses a México. Unas 10 mil personas por año. Y eso que era un presidente que buscaba el voto latino.

El perfil del jalisciense en la Unión Americana ha cambiado en las últimas dos décadas. Para empezar, son más los que regresan que los que se van. Aunque en el imaginario colectivo pesa la fuerza laboral masculina, lo cierto es que son más las mujeres que los hombres que hoy habitan la misma tierra que gobernará Donald Trump.