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La voz del ingeniero Rogelio García Castro se apagó. Se fue el meteorólogo, el cronista, el entusiasta periodista que nunca dejaba de aprender. A los 75 años se fue. Dejó siete hijos y 11 nietos, pero además un gran legado para la televisión jalisciense.
"Te lo platico", fue el nombre de su último programa por Canal 44 de la Universidad de Guadalajara (UdeG), cuando hacía lo que siempre deseaba: transmitir información.
Tapatío de nacimiento, egresó de la escuela Preparatoria Vocacional de la Universidad de Guadalajara y de la Facultad de Ingeniería.
Admirador de la naturaleza, de los restos fósiles y las cactáceas, el ingeniero Rogelio García Castro viajó en 1977 en el buque de la Armada Usumacinta para ir a la Isla Clarión y observar a plenitud el eclipse total de sol. Fue testigo de otros eclipses en distintas partes el mundo, el más largo del siglo XX, desde Cabo Pulmo, y del paso del Cometa Halley en 1991.
Cursó sus estudios de Astronomía en la Universidad de Berkeley, California; fue director de Ciencia y Tecnología del Planetario Severo Díaz Galindo, y posteriormente, con el respaldo del ingeniero Enrique Flores Tristchler, se incorporó al Instituto de Astronomía y Meteorología de la Universidad de Guadalajara, del cuál llegó a ser director.
Se jubiló, pero empezó una nueva aventura. Enamorado del conocimiento y de la investigación, Rogelio García Castro se especializó en temas como sismología, arqueología, vulcanología, pero también con el periodismo, mismo que ejerció tanto en radio como en televisión.
Fue de los iniciadores de TV Azteca Jalisco como responsable de la sección del clima y además como analista de fenómenos meteorológicos. Ahí estuvo firme de 1995 al 2003.
Pero su sueño era tener el micrófono en mano, narrar e indagar, y ese sueño lo cumplió en su programa, "Te lo platico", uno de los de mayor audiencia de Canal 44. El 19 de junio del 2015, residentes de la colonia Chapalita le reconocieron esto y más.
Se lleva sus andanzas, sus historias, sus anécdotas, su ciencia; pero sobre todo se va un periodista caballeroso, amable, respetuoso, siempre con palabras de aliento para todos los momentos y todas las personas, pero que logró -como él decía- todo lo que soñó en la vida, con el apoyo del creador, de su esposa, hijos y nietos.