Enrique Ibarra Pedroza supo desde los seis años que quería ser político
El Gobernador del Estado, Enrique Alfaro y Enrique Ibarra Pedroza. Foto: Gobierno de Jalisco




Guadalajara, Jalisco.

 “Era un niño de 6,7 años, desconsiderado, no había todavía banquito para hacer discursos, me subía a mi modesta silla infantil de tule y de madera y efectivamente, les daba unas arengas después de las comidas en donde fantaseaba que sería político”, explicó Chavarín.

En la ceremonia de reconocimiento por sus 55 años de trayectoria política compartió algunas anécdotas, como cuando el presidente del PRI le ofreció la presidencia municipal de Tototlán, cuando apenas era notificador.

 “Que usted va a ser el presidente municipal de Tototlán, el lenguaje era muy significativo, no te decían: vas a ser candidato. Vas a ser el presidente municipal”.

 “Y le dije: Oiga, tengo 20 años de edad, soy notificador, voy a entrar a cuarto año de derecho, no tengo ni carro para ir y venir a Tototlán a hacer campaña. No se preocupe, ya va a dejar de ser notificador, va a ser alcalde. Dos, en su pueblo, hay dos o tres patrullas no, que lo traigan y lo lleven en la campaña, en la patrulla y en enero, ya compra un carro como presidente municipal”, recordó.

Al final, trocó la presidencia por una beca de un año en México para la formación de cuadros políticos para estudiar la teoría y práctica en los estados donde había elecciones.

El Gobernador del Estado, Enrique Alfaro Ramírez, reconoció que la experiencia del segundo a bordo en su administración es fundamental en la toma de decisiones. Ibarra ayuda a atemperar, y cuando no coinciden, no lo dice de frente, pero el mandatario sabe que no está de acuerdo con solo verle los ojos.

Aunque Ibarra no cree en la reencarnación, comenta que, si volviera a nacer, volvería a ser político.


Elizabeth Ortiz